¿Y si mejor usaran ese dinero para generar proyectos de asistencia en Centroamérica y evitar la migración ilegal a Estados Unidos?La historia consigna cientos, quizá miles de niños que en Estados Unidos se ponen a trabajar desde pequeños para conseguir recursos, hacer dinero, ayudar a la gente. Son emblemáticas las historias de pequeños que vendiendo periódicos o cortando el césped de los vecinos, han llegado a ser, más tarde, millonarios filántropos.
Pero ¿qué un niño se ponga a vender limonada y chocolate caliente para recaudar dinero y ayudar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a construir el muro fronterizo que prometió a los estadounidenses durante su campaña (y que el Congreso le ha echado para atrás), hay mucho trecho.
Es la historia del pequeño de siete años de edad, Benton Stevens, nativo de la capital del Estado de Texas, Austin, quien entre limonadas y chocolate caliente realizado en casa –y apoyado por su madre, Jennifer—puso su pequeño puesto y en pocas semanas ha logrado recaudar 22.000 dólares (20.000 euros).
De hecho, ya los donó el pasado jueves 30 de mayo, al acudir al acto organizado por el grupo We Build the Wall (Nosotros Construimos el Muro) en Sunland Park, Nuevo México, uno de los puntos principales donde miles de niños como Benton, acompañados de sus familiares, intentan entrar a Estados Unidos, huyendo de la miseria de Centroamérica.
Ese día, el grupo al que pertenece el pequeño Benton inauguró un trozo de valla en un terreno privado colindante con la frontera de México. De hecho, es el primer donativo que da al organismo. Su madre y él han dicho que van por otros 50.000 dólares
El niño, junto a otros muchos donantes, se persuadió de que debería ayudar a Trump después de haberlo escuchado en el último discurso por el Estado de la Nación en el que el presidente habló de la “emergencia nacional” que implica la migración ilegal a Estados Unidos.
Un veterano de guerra que quiere ayudar al presidente
El fundador de la agrupación, el veterano de guerra Brian Kolfage (amputado de las dos piernas y un brazo), se tomó la fotografía con Benton y le invitó a que cortara el listón inaugural del trozo de muro que estuvo a punto de ser detenido por el alcalde de Sunland Park, Javier Perea, aunque finalmente accedió a que se terminara este tramo.
Kolfage, en su página de Facebook explica: “Como veterano que ha dado tanto, tres miembros (de su cuerpo), me siento profundamente comprometido con esta nación para garantizar que las generaciones futuras tengan todo lo que tenemos hoy”.
Y agrega: “Demasiados estadounidenses han sido asesinados por extranjeros ilegales y demasiados ilegales se están aprovechando de los contribuyentes de los Estados Unidos sin ningún medio de contribuir a nuestra sociedad”.
La idea de Kolfage es que los 63 millones de estadounidenses que votaron por Trump en 2016 den, cada uno, 80 dólares para llegar a 5.000 millones de dólares que es lo que el presidente ha pedido al Congreso para construir el muro (aunque los especialistas hablan de un costo cercano a los 20.000 millones de dólares).
A sabiendas que los demócratas bloquearán el proyecto de Trump y buscarán que no se vuelva a elegir en 2020, Kolfage dice que obtener los recursos de la gente y ayudar a pagar el muro “no será fácil, pero es nuestro deber como ciudadanos”. Y remata: “¡Podemos hacerlo y podemos ayudar al presidente Trump a hacer que Estados Unidos vuelva a ser seguro!”
Por lo pronto, Kolfage, hasta el día de ayer llevaba en su página de GoFundMe poco más de 28.000 donativos y de los mil millones de dólares que plantea recaudar en la primera etapa, ya van 23.5 millones de dólares.
La pregunta que flota en el aire es: ¿y si mejor usaran ese dinero para generar proyectos de asistencia en Centroamérica y evitar la migración ilegal a Estados Unidos? Por cierto, Sunland Park está muy cerca del hospital de El Paso, donde en diciembre pasado murió la pequeña guatemalteca Jakelin Caal Maquin tras cruzar la frontera. También tenía siete años de edad. Como Benton.
Así es el Muro que construye Trump: