La historia poco conocida de cómo el famoso actor abrazó la fe católicaEsta leyenda americana de la gran pantalla no necesita presentación. John Wayne, quien ganó un Oscar al Mejor Actor en 1970 por su papel en True Grit, es famoso en todo el mundo, particularmente por su larga carrera en los westerns.
Comenzó a trabajar en el cine cuando estaba en la universidad, cuando su mayor pasión era el fútbol. Durante esos años, se hizo amigo del director John Ford, quien le abrió a Wayne las puertas del éxito en Hollywood. Wayne actuó, dirigió o produjo más de 175 películas.
Lo que menos se sabe de él es su relación con la fe. Marion Mitchell Morrison (su nombre real) creció en una familia presbiteriana de origen escocés-irlandés, donde aprendió la importancia de ir a la iglesia, leer la Biblia y creer en Dios.
Sin embargo, John Wayne pronto dejó la religión atrás y llevó una vida lejos de las enseñanzas que había recibido: se casó tres veces, tendió a beber demasiado y tuvo varias amantes (incluidas las celebridades Marlene Dietrich y Maureen O’Hara).
No obstante, la fe siempre volvía a llamar a la puerta de su corazón. Su primer contacto significativo con el catolicismo se debió a su primera esposa, Josephine Alicia Saenz, que involucró a John Wayne en varios eventos parroquiales y que oró incesantemente por su conversión, incluso después de que fracasó su matrimonio.
Todas sus esposas eran católicas, sus siete hijos fueron a escuelas católicas y sus 21 nietos crecieron en la fe. Su amistad con John Ford, que no ocultaba su profundo catolicismo, influyó en su vida.
Fue la imagen de fortaleza y virilidad durante generaciones de espectadores, pero también tuvo momentos en que se manifestó su fragilidad y mortalidad humanas, como su cirugía de corazón en 1978 y su prolongada batalla contra el cáncer, que comenzó en 1965 y terminó con su muerte en 1979.
Su hijo Patrick ha declarado que su padre no era particularmente religioso: “Papá no era religioso ni católico (fuimos criados en la fe católica por mi madre, Josie)”.
P. Matthew Muñoz, un sacerdote católico de la diócesis de Orange, California, uno de los nietos de Wayne, revela algunos detalles de la vida espiritual de su abuelo. Muñoz tenía 14 años cuando Wayne murió de cáncer. Le explicó a CNS que cuando Wayne estaba listo para ser bautizado, el arzobispo Marcos Gregorio McGrath (arzobispo de Panamá, amigo de un amigo de Wayne) fue a verlo. “Mi mamá y mi tío estaban allí cuando él vino. Así que no hay duda de si fue bautizado o no. Quería bautizarse y hacerse católico. Fue maravilloso verlo venir a la fe y dejar ese testimonio para toda nuestra familia”.
P. Muñoz también habló sobre el pesar de su abuelo por no haberse convertido antes al catolicismo, aunque el sacerdote señala que Wayne tenía cierto grado de espiritualidad incluso antes de tomar esa decisión. “Desde muy temprana edad tuvo una clara idea de lo que estaba bien y lo que está mal. Fue criado con muchos principios cristianos y con una especie de “fe bíblica” que, creo, tuvo un gran impacto en él”. Muñoz también explica que su abuelo solía escribir cartas a Dios: “Él escribió hermosas cartas de amor a Dios, y fueron oraciones. Y eran muy infantiles y muy simples pero también muy profundas, al mismo tiempo”.
Algunos dicen que el actor se convirtió después de recibir una carta de una chica con una pierna rota. Es cierto que le escribió una carta a la hija de Robert Schuller, quien recientemente se había sometido a la amputación de una pierna, pero los dos eventos parecen ser simplemente contemporáneos, no necesariamente relacionados.