Se llama La Restinga, está en la isla de Margarita y en su hábitat coexisten 4 especies de manglares
El Parque Nacional Laguna de La Restinga fue incorporado, en 1996, por la Convención de Humedales Ramsar a su lista de humedales de importancia internacional, lo que realza su valor y el interés por su conservación. Al parque se llega por la carretera que comunica a la ciudad de Porlamar con la Península de Macanao, Estado Nueva Esparta.
Se podría decir son dos islas unidas por La Restinga, una laguna donde es posible realizar mágicos recorridos en lancha, practicar el remo en kayak, observar las especies de aves y gozar de un verdadero paraíso playero que forma parte de la “Perla del Caribe”, la isla de Margarita, al oriente venezolano.
Es Parque Nacional, pero también una especie de paraíso. La laguna de La Restinga posee un clima cálido con temperatura promedio de 27 °C., lo que permite que sea el hábitat para una diversidad de especies muy singulares. Visitarlo es una deliciosa experiencia para los amantes de la flora y la fauna.
Sus aguas son saladas y poco profundas y está separada del Mar Caribe por un istmo o restinga que da origen a su nombre. Restinga es un término de uso geográfico que alude a zonas inundables, generalmente bancos de arena bajo el mar que ocasionalmente pueden emerger formando pequeños islotes.
La belleza del paisaje es tan solo uno de los encantos naturales que posee la laguna de La Restinga. El paseo paseo en bote por la laguna permite admirar lo que está a su alrededor en los majestuosos espejos de agua naturales.
Luego del recorrido podrá visitar Playa La Restinga, famosa por sus más de 20 kilómetros de extensión, el fuerte oleaje y la arena formada por restos de conchas de mar.
En la zona de manglares anidan diversas aves que incluyen pelícanos, cormoranes, flamencos, corocoros colorados, la soisola margariteña, la pollita de mangle, la tijereta y el patico zambullidor. El parque posee también una zona semiárida de bosquexerófito, allí habita el perico cara sucia, el cardenal guayamate, la cotorra margariteña y el perico carapaico o ñángaro.
Existen allí cuatro especies de manglares, donde destaca el mangle rojo, de raíces aéreas, en cuyo ramaje anidan diversas aves. Además están el mangle negro, el blanco y el botoncillo. La intrincada red de manglares que cubren la laguna, hacen que se formen canales, túneles y plazas. Los canales están interconectados y se pueden navegar en botes, los tradicionales tapaítos (*), que salen desde el embarcadero y trasladan a los visitantes hasta la playa.
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La laguna tiene forma triangular y ocupa un área de 2.600 hectáreas, con una profundidad de 4-6 metros. Es alimentada por el agua que entra por una boca que da al mar. Al otro lado de laguna está una playa de 23 km de largo. En realidad, esta playa es una restinga o franja de playa, de 2 metros de alto, formada de arena blanquísima y restos de concha marina, que separa a la laguna del mar abierto.
La reconocida playa de La Restinga, interminable con sus 22 kilómetros de longitud y con una arena gruesa, es lugar para degustar la deliciosa comida típica. Los botes que dirigen a los turistas a través de los curvos canales de llamativos nombres como el Canal del Beso, Jardín de mis amores, María Guevara, Paraíso del Amor y Plaza Bella Vista; atravesando unos 20 canales se llega hasta la playa. La duración del paseo es de una hora, lo suficiente como para que estos panoramas queden grabados en la mente y en el corazón de sus visitantes.
No en balde, el compositor venezolano Gilberto Mejías Palazzi cantó así: ”Un multicolor encanto la laguna La Restinga con su atardecer tranquilo que se va pintando el cielo, dibujando en el paisaje sus barquitos y veleros” .
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