Con gran corazón donó los ahorros de toda su vida para ayudar a crear una guardería
Jesús Vicente Díaz de 87 años con un gran acto de generosidad donó los ahorros de toda su vida obtenidos de su trabajo en el campo. La suma entregada de 80.000 euros se utilizó para poder terminar de construir la nueva guardería municipal de su pueblo.
El donativo de Jesús hizo mucho bien: ayudó a comprar todo el mobiliario, mejorar las instalaciones y afrontar los gastos que no estaban cubiertos por otros fondos. Además, no sólo permitió generar empleo, sino también materializar una importante ayuda para muchas familias.
En una de las paredes de la guardería reposa una placa que refleja el principal motor de la decisión tomada por Jesús. La guardería fue bautizada con el nombre de “Jesús y Sabina” en homenaje al matrimonio, ya que Jesús expresó que lo hacía sobre todo por ella.
Emocionado y con la voz entrecortada dijo para medios televisivos que “era un bonito recuerdo para su mujer ya fallecida, a quien le encantaban los niños”. La pareja no había podido tener hijos y al no contar con herederos, Jesús quería hacer algo para ayudar a todos los niños del pueblo: a los que están ahora y a los que vendrán.
En la placa hay un texto en el que se explica brevemente su historia: “Son dos hijos del municipio de Piornal (Cáceres, España), dos piornalegos que en su niñez pasaron por las penurias del fin de la Guerra Civil y de una economía de subsistencia típica de nuestro municipio”.
Ambos contrajeron matrimonio hace 62 años y emprendieron una vida común, austera y de trabajo duro que con mucho amor ha dado fruto abundante. Jesús dice hoy sentirse muy agradecido y especialmente contento de todo lo que he podido aportar con esta obra.
Su gesto conmovió a miles de personas transmitiendo una alegría que se expande y que él también recibe a diario porque, aunque no haya tenido hijos biológicos, ahora cuenta con más de 40 niños llamándole “abuelo” a donde quiera que va.
La historia de Jesús se ha hecho viral demostrando que todos somos una gran familia y que podemos ayudarnos mutuamente. Y es que no se puede dejar esta tarea solamente en manos del Estado. La solidaridad tiene como significado el sentirse responsables “todos de todos” dándonos sin reservas y favoreciendo el bien común.