La muerte de un padre junto a su hija -entre otras- tras cruzar el famoso y peligroso río fronterizo EEUU-México sacude e interpela una vez más
La diáspora salvadoreña se sigue cobrando víctimas en el cada día más peligroso cruce del Río Bravo (Río Grande) que divide gran parte de la frontera entre Estados Unidos y México.
Tanto en la porción de Tamaulipas como en la del Estado de Chihuahua, colindantes con Texas, en los últimos diez días han fallecido, al menos, nueve personas, entre ellas dos niñas, una de cuatro años en Ciudad Juárez-El Paso y otra de un año once meses, Valeria, en Matamoros-Brownsville.
Valeria iba con su padre, Óscar Alberto, a cruzar la frontera por Tamaulipas. Venían de El Salvador. Según el informe de Protección Civil y Bomberos de la ciudad de Matamoros, localizaron los cuerpos flotando en las aguas del Río Bravo el pasado domingo 23 de junio.
“Acudimos con elementos y con la unidad acuática de Bomberos y pues desgraciadamente no pudimos rescatar los cuerpos durante el domingo”, informó personal de Protección Civil al periódico Milenio.
Óscar Alberto, su esposa Tania y su pequeña Valeria, decidieron cruzar el río tras meses de esperar respuesta a su solicitud de asilo en Estados Unidos. Tania logró salvarse gracias a que una persona que la alcanzó a rescatar, pero vio como su esposo e hija se sumergían en las turbias aguas del Río Bravo.
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Muerte en Ciudad Juárez
La semana anterior se informó que en menos de cuatro días, siete migrantes, fallecieron cuando intentaban cruzar ilegalmente a los Estados Unidos por el Río Bravo por la zona que divide Ciudad Juárez, Chihuahua, con El Paso, Texas.
El Departamento de Bomberos de El Paso informó que las muertes de los migrantes sucedieron entre el sábado 15 hasta la noche del martes 18 de junio. En uno de los casos, personal del Equipo de Rescate de Agua rescató los cadáveres de un hombre, de aproximadamente 30 años, y de una niña. de cuatro años.
Milenio informó que el hallazgo tuvo lugar en un canal de irrigación que corre paralelo al río Bravo, cuando elementos de bomberos que practicaban en ese punto ubicado a la altura del puente internacional Zaragoza-Ysleta, observaron los cuerpos flotando.
Además, las autoridades reportaron la localización de tres personas que intentaron llegar a El Paso, Texas, por el túnel del sistema pluvial, que se ubica en las inmediaciones de las calles Fonseca Drive y Loop 375. Otro cadáver fue rescatado en el punto del Valle Alto, mientras que una mujer murió en un canal de riego.
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También se muere “del otro lado”
El mismo domingo 23 de junio, ya en territorio estadounidense, fueron encontrados los cuerpos sin vida de tres niños y una mujer, cerca de la frontera entre México y Texas, informó el alguacil del condado de Hidalgo, Eddie Guerra, al diario local The Monitor.
Se trata de una mujer de unos 20 años, dos bebes y otro niño pequeño, indicó un oficial texano por medio de un mensaje en la cuenta del departamento en Twitter. Guerra indicó que los cuerpos fueron encontrados en un área con maleza cerca del Río Grande, al suroeste de Anzalduas Park, en el Área de Manejos de Vida Salvaje de Las Palomas.
La región es un sitio de cruce que los “polleros” y “coyotes” (traficantes de personas) han elegido para intentar pasar por ahí a familias enteras de migrantes centroamericanos (y de otros lugares de todo el mundo), que huyen de la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades en sus países de origen.
Al lugar donde fueron encontrados los cadáveres, los contrabandistas y traficantes le llaman “El rincón del diablo”, por ser un sitio peligrosísimo, donde han ocurrido cientos de muertes de migrantes intentando llegar a un sitio de cobijo en la Unión Americana.
La causa de las muertes de estos pequeños y de la mujer todavía no han sido determinadas, aunque se estima que quizás pudieran haber muerto víctimas de deshidratación puesto que en este verano las temperaturas en la zona alcanzan los 45 grados centígrados.
Las muertes en el último año
En 2018, las muertes conocidas por la organización Proyecto Migrantes Perdidos indican que fueron 376 migrantes –hombres, ancianos, mujeres, niños—los que murieron al intentar cruzar la frontera con Estados Unidos en 2018
Esta cifra incluye el fallecimiento de 214 hombres, 20 mujeres y 4 niños, a los que hay que sumar 138 restos humanos de los que no pudieron identificar su edad y sexo.
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