Álex Abrines se apartó de las canchas de juego pero ahora regresa con el vídeo viral que ha titulado “Querido balón”.Ser deportista de élite no siempre es tan bonito como parece. Llegan los momentos duros, las dificultades, las lesiones, las derrotas… Hay muchos obstáculos y no solo es necesaria la fortaleza física sino también la psíquica.
A comienzos de año, Álex Abrines, el jugador de baloncesto que había alcanzado la cima con la NBA, se desmoronó. A los 25 años, se vino abajo y dejó el deporte y la competición porque no podía soportar la presión.
El pasado 9 de febrero los Oklahoma City Thunder comunicaban que Álex Abrines, su escolta/alero de 1,98 metros y origen español, una de las promesas de este equipo de baloncesto, abandonaba. Equipo y jugador rescindían, en su tercera temporada, el contrato de mutuo acuerdo. Y es que Álex sufría depresión y, como él mismo ha dicho ahora, “llegué a odiar el baloncesto”. Pero no dijo a nadie lo que le ocurría. Pareció que se lo había tragado la tierra.
La ayuda imprescindible
Cinco meses después, Álex (hijo del ex jugador de baloncesto Gabriel Abrines) regresa con una noticia excelente. Fue al colegio de su niñez, La Salle de Mallorca, a la cancha de baloncesto, y allí grabó un breve vídeo que ha titulado “Querido balón”. En él relata que sufrió depresión y que lo que ha hecho que consiga superarla fue pedir ayuda a buenos profesionales y “acudí a los míos”. Abrines siempre se ha considerado una persona “muy familiar”.
En pocas horas el vídeo ha registrado miles de visitas y Álex se ha convertido en un ejemplo de persona transparente que, con su declaración, ayuda a otras que puedan sufrir la enfermedad para que no se sientan solas ni se avergüencen de lo que les ha ocurrido.
Además, la buena noticia va acompañada de una importante novedad: Abrines jugará la temporada que viene en el FC Barcelona, uno de los mejores equipos de la Liga española. Este campeón olímpico (bronce en Río de Janeiro) y europeo (otro bronce en el Eurobasket de 2017) quiere “volver a disfrutar”.
Te puede interesar:
Cuando la irritación puede ser síntoma de depresión
Te puede interesar:
6 ideas para convivir con una persona depresiva