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Jesús «descendió a los infiernos»: ¿cuándo se introdujo en el Credo esta frase?

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Toscana Oggi - publicado el 08/07/19
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¿Por qué en el Símbolo de los Apóstoles se dice que Jesús: “descendió a los infiernos”, mientras que en el Credo de Nicea esta frase desaparece? Antonio Tullio

Responde don Francesco Vermigli, profesor de teología dogmática en la Universidad Teológica de Italia central.

Quisiera dividir en dos momentos la respuesta al sr. Tullio. El primer momento coloca cronológicamente los símbolos recordados en su pregunta (el niceo y el apostólico); el segundo momento intenta responder sobre el punto de qué es una profesión de fe.

Respecto al origen del Símbolo Apostólico intentaré ser breve: intentar resumir una cuestión tan compleja, como la formación del Símbolo llamado de los Apóstoles, no es poca cosa. Recuerdo, primero que nada, que los primeros testimonios de la leyenda que atribuye a los apóstoles la redacción de la profesión de fe en cuestión, se remonta a finales del siglo IV. Por simplicidad, podemos decir que ese Símbolo se formó lentamente a partir de las profesiones de fe proclamadas en la liturgia bautismal de ámbito romano: fórmulas de fe más bien débiles que se extendieron durante el tiempo, encontrando su propia redacción definitiva en la Alta Edad Media.

De modo particular, la forma del Símbolo Apostólico que conocemos nosotros -esa versión que la estereografía llama Textus receptus (el texto acogido en Occidente) – se remonta completamente a san Pirmino (o Pirminio) de Murbach († 753) y su obra Scarapsus. Es en el nivel del Textus receptus que aparece el artículo sobre el descenso al infierno. Por lo tanto, parece que no fue tanto Nicea la que eliminó el artículo de fe en el descenso al infierno, sino que fue el Símbolo atribuido a los apóstoles quien agregó este elemento. Estas consideraciones también se aplican al artículo sobre la comunión de los santos, que aparece solo en el Símbolo apostólico.

¿Para qué sirve una profesión de fe?

Pasamos al segundo y último punto de nuestra intervención. Este segundo paso responde a la pregunta: ¿para qué sirve una profesión de fe? Responder a la pregunta podría ser útil para entender por qué motivo en una cierta etapa de la progresiva formación del Símbolo apostólico, aparece nuestro artículo de fe sobre el descenso a los infiernos.

Una profesión de fe nace en un contexto históricamente determinado y de ese contexto resulta -de un modo que se debe verificar caso por caso- condicionada. Y, sin embargo, cada profesión de fe, incluso aquellas que no tuvieron una difusión muy amplia en la historia de la Iglesia, tiene la pretensión, por decir de alguna manera, de “eternizarse”.

En otras palabras, cada símbolo se ve afectado por la dinámica típica del desarrollo del dogma: un factor históricamente determinado provoca una definición de fe, que se vuelve luego patrimonio de la Iglesia de cada época. Solo por dar un ejemplo: ¿quién no recuerda cuando en el Niceo-Constantinopolitano pronunciamos el “generado no creado”, estamos haciendo de contrapunto a afirmaciones arrianas muy determinadas? De esta manera, es oportuno pensar que la aparición en un determinado momento de la redacción del Símbolo apostólico del artículo sobre el descenso a los infiernos de Cristo haya sido la respuesta a una necesidad muy precisa; quizá, banalmente, como una mera amplificación del “fue sepultado”, o quizá, como reconocimiento de la laguna de las anteriores profesiones sobre un acto decisivo de la Redención de Cristo.

 

Artículo original: Toscana Oggi

 

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