El Papa, refiriéndose a su caso, ha hecho varios llamamientos para preservar la vida hasta su fin natural
Vincent Lambert está muriendo de hambre y de sed. Los agentes sanitarios del Hospital Universitario de Reims suspendieron la alimentación y la hidratación el pasado 2 de julio. La suspensión se produjo tras el fallo del Corte de Casación que anuló la decisión del Tribunal de Apelación de continuar el tratamiento a la espera del parecer del Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las personas con discapacidad, que pidió a Francia seis meses para examinar el caso.
Discapacitado pero no agonizante
El próximo 20 de septiembre, Vincent cumpliría 43 años. Tetrapléjico, en estado vegetativo para algunos o de conciencia mínima para otros tras un accidente de tráfico en 2008, respira autónomamente, con un latido cardíaco espontáneo: no se está muriendo, pero para los médicos del hospital de Reims es “una obstinación irrazonable” seguir haciéndolo vivir dándole de comer y beber. La esposa de Vicent está en la misma línea afirmando que su marido se habría pronunciado al respecto: pero en realidad Vicent no ha dejado ningún testamento biológico.
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ONU: no negar alimentos y agua a los discapacitados
Los padres se han embarcado en una dura batalla legal para mantener a su hijo con vida. La última esperanza vino del Comité de la ONU. Francia se ha adherido a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada en 2006, comprometiéndose a reconocer, de conformidad con el artículo 25, “que las personas con discapacidad tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud, sin discriminación por motivos de discapacidad”, además de adoptar “las medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad a servicios de salud que tengan en cuenta las cuestiones de género, incluida la rehabilitación relacionada con la salud” y a impedir “que se nieguen, de manera discriminatoria, servicios de salud o de atención de la salud o alimentos sólidos o líquidos por motivos de discapacidad”. Sin embargo, París consideró que la Convención no era vinculante.
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¿Obstinación irrazonable por hacerlo vivir o en el quererlo muerto?
En Francia, la eutanasia está prohibida, pero los jueces en el caso Lambert han admitido la suspensión del tratamiento considerando su prosecución una obstinación irrazonable, un acto inútil y desproporcionado de acuerdo con la Ley Clays-Leonetti sobre el fin de la vida. Muchos han criticado esta posición, simplemente porque Vincent no se está muriendo e instalaciones especializadas están dispuestas a acogerlo para ofrecerle rehabilitación adecuada. Ante la negación, algunos hablan más bien de una obstinación irrazonable en querer darle la muerte.
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Los llamamientos del Papa por Vicent
El Papa ha hecho varios llamamientos a favor de Vincent Lambert. En mayo pasado, cuando los médicos dejaron de alimentarlo e hidratarlo por primera vez, lanzó este tweet:
Roguemos por cuantos viven en estado de grave enfermedad. Custodiemos siempre la vida, don de Dios, desde el inicio hasta su fin natural. No cedamos a la cultura del descarte.
El año pasado Francisco lanzó dos llamamientos públicos a favor de Vincent Lambert, recordando la historia del pequeño Alfie Evans. El 15 de abril de 2018, en ocasión del Reina Caeli, dijo:
Encomiendo a vuestra oración a personas como Vincent Lambert, en Francia, al pequeño Alfie Evans, en Inglaterra, y a otros en diversos países, que viven, a veces durante mucho tiempo, en estado de grave enfermedad, asistidos médicamente para las necesidades primarias. Son situaciones delicadas, muy dolorosas y complejas. Oramos para que cada enfermo sea respetado en su dignidad y tratado de manera adecuada a su condición, con el acuerdo de los familiares, médicos y los trabajadores de la salud con gran respeto por la vida.
Tres días después, al término de la audiencia general del 18 de abril de 2018, un nuevo llamamiento:
Llamo la atención de nuevo sobre Vincent Lambert y sobre el pequeño Alfie Evans, y quisiera reiterar y confirmar con fuerza que el único dueño de la vida, desde el inicio al final natural, ¡es Dios! Y nuestro deber, nuestro deber es hacer de todo para custodiar la vida. Pensemos en silencio y recemos para que sea respetada la vida de todas las personas y especialmente de estos dos hermanos nuestros. Rezamos en silencio.
El pasado 5 de junio, con el pensamiento y la oración dirigidos a Noa Pothoven, la joven holandesa de diecisiete años que optó por morir acompañada de médicos especializados en suicidio asistido, el pontífice dijo en otro tweet:
La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza.