Nayib Bukele tomo posesión del gobierno de El Salvador el pasado 1 de junio. Prometió derrotar pronto a la violencia. Pero nadie se imaginaba que fuera tan pronto.Poco más de un mes más tarde de haber tomado posesión del cargo (un presidente totalmente diferente a sus antecesores), una luz de esperanza se enciende en el horizonte cercano del atribulado país centroamericano: el promedio diario de asesinatos ha bajado un 40 por ciento.
El nuevo plan de seguridad de Bukele, llamado Proyecto de Control Territorial, fue lanzado el día 20 de junio en municipios con altos índices de criminalidad y de influencia de pandillas: Santa Ana, San Miguel, Apopa, Ciudad Delgado, Mejicanos, Soyapango, Ayutuxtepeque, Colón, Santa Tecla y el centro histórico de San Salvador, entre otros.
Hacer valer al Estado
En esos municipios el nuevo gobierno de El Salvador desplegará contingentes de policías y militares que tendrán la responsabilidad de reducir la alta incidencia pandilleril y criminal.
“Vamos a controlar territorios que antes no estaban controlados, como los centros históricos de las ciudades más importantes (…) Vamos a hacer valer el Estado donde el Estado debe de estar”, dijo Bukele al presentar el plan de seguridad. Sus primeras acciones van destinadas, además de a reducir la criminalidad, a detener la extorsión.
En este sentido, Bukele dijo que “el financiamiento de las pandillas en un 80 por ciento proviene de la extorsión, y la extorsión se hace a los negocios, y la mayoría de los negocios evidentemente no están en las comunidades. Es absurdo querer cortar el flujo de dinero hacia las pandillas cerrando las comunidades”.
Por lo pronto, el promedio diario de asesinatos en El Salvador entre el 1 de junio y el 6 de julio fue de 7.6, mucho más bajo que el promedio diario de 12.7 asesinatos ocurridos durante el gobierno anterior. Además, si la medición se realiza desde el 20 de junio, el promedio diario se reduce a 7.1.
La gente está feliz
Con las nuevas disposiciones legales, que también incluyen contener a los pandilleros en las cárceles, Bukele dijo, durante una conferencia de prensa, que hay “resultados reales y que habrá que continuar, a pesar de que algunos jueces indican que este tipo de ley debe durar solo 15 días”.
Las medidas penitenciarias se han adoptado desde el 22 de junio como una estrategia integral para detener permanentemente las operaciones de pandillas, que continúan manejando el crimen en la sociedad desde la prisión.
Sobre el plan y sus resultados, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, expresó su beneplácito: “Me complace que se trabaje tan rápido y preocupados por combatir la violencia, porque todos sabemos que se necesita una solución. El tema de la violencia es el que más afecta a la sociedad salvadoreña. Y esto lo saben todos por las investigaciones que se han realizado”.
Y remató: “Cuando el Presidente de la República enfrenta este problema con tanta rapidez y preocupación, la gente está feliz y llena de esperanza. La población está de acuerdo con estas políticas de seguridad. Me parece que este es un esfuerzo de buena voluntad, y si nos unimos, generará buenos efectos”, concluyó Escobar Alas.