Por la controversia creció la Iglesia…veamos estos temasFulton J. Sheen, recientemente declarado beato por el Papa Francisco, solía decir, con toda razón, que la Iglesia católica ha crecido en base a la controversia, a la polémica, a saber argumentar en contra de sus detractores, o incluso en contra de sus “defensores” a ultranza.
Incluso, en uno de su ensayos, Sheen habló de “la decadencia de la controversia” como un modo de enfocar, también, la decadencia de los polemistas cristianos. Por la controversia creció la Iglesia. Y ahí están los dos grandes ejemplos de San Agustín o Santo Tomás de Aquino para ejemplificarlo.
John Mark N. Reynolds es un profesor graduado en filosofía de la Universidad de Rochester (Estados Unidos), que ha escrito buena cantidad de libros sobre filosofía y apologética, entre ellos “When Athens Meet Jerusalem” (“Cuando Atenas se Encontró con Jerusalén”, una introducción al pensamiento clásico y cristiano) o “Against All Gods” (“Contra Todos los Dioses”, lo que es correcto e incorrecto en el nuevo ateísmo).
Acaba de escribir un artículo, que publicó el portal electrónico Patheos, en el que desmenuza lo que él llama los cinco peores argumentos o reclamos (obviamente en contra de la religión, cualquiera que ésta sea, pero sobre todo la cristiana) de los fanáticos ateos o anti teístas en Internet; argumentos que son ampliamente aceptados en la subcultura digital.
La Edad Media fue la Edad Oscura, por “la religión”
Los historiadores, escribe Reynolds, no consideran el período de la historia de Europa occidental difundido como Edad Media como una “Edad Oscura”. No tenía nada de oscura. Además se ignora el Imperio Romano de Oriente, que mantuvo una tradición “universitaria” secular para casi toda su historia como área cristiana. Tercero, la noción de que las cosas eran malas debido a la “religión” es tan fácil que un buen historiador ateo tiene una sección completa de su sitio web dedicada a refutar esa locura.
“No conozco la lógica modal, pero la versión de (Alvin) Plantinga del argumento ontológico es mala”
Reynolds dice: “Lamentablemente, no sé ruso, así que tengo que leer a Tolstoy en la traducción. Como resultado, no puedo comentar sobre el mérito literario de Guerra y Paz en ruso”. El argumento modal del profesor de Notre Dame Alvin Plantinga, por ejemplo, no puede ser evaluado si no tengo las herramientas para leer un argumento modal. Y no puedo tener opiniones firmes al respecto. “Ahora nadie puede ser un experto en todo, pero si vas a descartar el argumento, entonces cita a alguien que tenga la competencia para leerlo. No podrás agregar a la discusión, pero puedes señalar a amigos a un crítico de confianza.
“La filosofía es inútil. Solo necesitamos la ciencia”
Como ésta es una declaración filosófica, se refuta a sí misma. Pero aceptando que quiere decir que la única filosofía que necesitamos es la suficiente para mostrar que solamente la ciencia es el camino hacia el “verdadero” conocimiento, el problema estriba en que “el ateo necesitará hacer un argumento filosófico a favor de su afirmación filosófica sobre el límite. Él o ella debe ser capaz de hacerlo. Si no puede, entonces debe dejar de hacer filosofía sin competencia”, subraya Reynolds
“Stalin fue entrenado en un seminario y su tiranía era realmente una religión, no un verdadero ateísmo”
En la Rusia pre-revolucionaria, muchas escuelas se llamaban seminarios, pero no existían solo para entrenar sacerdotes. Stalin era ateo antes de ser comunista. Encontró una cosmovisión que encajaba con su ateísmo. Permitió una “iglesia estatal” ya que el ateísmo es tan contra intuitivo que incluso con una gran persecución, el teísmo siguió reapareciendo.
La fe es creer cosas a pesar de la evidencia
“De los dos mil millones de cristianos (sin contar a los otros teístas), seguramente hay alguien que afirma esto. Los existencialistas (ateos o cristianos) podrían incluso defender tal epistemología. Sin embargo, esto no es lo que San Basilio, Tomás de Aquino o Juan Calvino entendieron por fe”, dice Reynolds, quien afirma haber que la fe cristiana no es contraria (y no debe ser contraria) a la razón.
“La fe se siente cómoda con la ciencia. La fe exige evidencia apropiada. La fe busca la comprensión. Cualquier ateo serio admitirá que la ‘fe’ tal como la usan los cristianos, no tiene por qué ser irracional”, termina diciendo en su artículo Reynolds.