Guía de uso de la leche de vaca: mira qué hay que saber En la alimentación humana, a pesar de que pueda utilizarse la lecha procedente de diversas especies animales como oveja, cabra y burra, cuando se habla de “leche” se refiere siempre al de la vaca. La leche de vaca representa también el alimento que se escoge como producto de partida para realizar, con todas las oportunas modificaciones, las llamadas “leches de fórmula”, específicas para el niño durante el primer año de vida.
Ya esto nos hace entender que la leche de vaca es un alimento caracterizado por la presencia de nutrientes importantes en las diversas fases de la edad evolutiva y la edad adulta.
¿Qué contiene?
La leche de vaca contiene macronutrientes principales (proteínas, grasas y carbohidratos) en una correcta proporción.
Las proteínas de la leche de vaca se denominan nobles porque están constituidas por aminoácidos esenciales, que son fundamentales para construir las proteínas del organismo.
Las grasas de la leche de vaca presentan un adecuado equilibro entre saturados (que proporcionan energía), monoinsaturados y poliinsaturados (que en cambio tienen una función estructural).
Los carbohidratos están compuestos principalmente de lactosa, un azúcar que además de realizar una función energética también representa la fuente primaria de galactosa, un componente estructural importante del tejido nervioso en los humanos.
Entre los micronutrientes presentes, como los minerales, destacan el calcio y el fósforo, presentes en la proporción favorable para una absorción óptima, pero también el potasio, el sodio y el magnesio y, como vitaminas, especialmente los del grupo B (útil para el crecimiento y el metabolismo energético). D, A y, en menor medida, C y E.
¿Cuánto tomar durante el día?
Según las pautas del Ministerio de Salud se recomienda introducir leche de vaca solo después del año de vida, cuando ya no haya lactancia materna, con un límite máximo de 400 ml al día, para evitar una excesiva toma de proteínas. Un exceso de proteínas, de hecho, está asociado con el inicio de la obesidad infantil. Una adecuada aportación de proteínas facilita en cambio la toma de otros alimentos en la ración diaria para garantizar aportaciones adecuadas de hierro, vitaminas y fibras.
La alta calidad define la leche fresca pasteurizada procedente de granjas seleccionadas y controladas, con una mejor conservación de los nutrientes.
En el mercado existen tipos de leche con diferente presencia de grasa (desnatada o parcialmente desnatada). Para los niños, siempre es aconsejable tomar leche entera, porque la presencia de grasa es esencial para la absorción de vitaminas liposolubles como la vitamina D, la vitamina A y la vitamina K.
¿La leche le hace bien a todos?
Hay pocas contraindicaciones reales en la toma de leche: en particular cuando está presente una intolerancia a la lactosa o una alergia a las proteínas de leche de vaca. En caso de intolerancia a la lactosa, existen en el mercado leches “alta digestibilidad” o delactosadas o “leches HD” que consienten la toma de este alimento.
En caso de alergia a las proteínas de la leche de vaca a menudo se usan bebidas alternativas procedentes de la soja, avena, arroz, convencidos que puedan ser válidos sustitutos de la leche. Pero es necesario reafirmar que no son el alimento ideal en la dieta del niño por su escasa presencia de proteínas grasas, vitaminas y sobre todo por la baja biodisponibilidad de calcio a pesar de la integración de este mineral.
Por Mirella Domenica Elia