Así se vivió la peregrinación de jóvenes al Santuario del Padre Hurtado “Para mí es una prueba de fe estar acá. A pesar de las dificultades, somos muchos jóvenes los que queremos seguir. Me alegra ver muchos jóvenes presentes y también con ganas de caminar. Alberto Hurtado, a pesar de todo lo que ha pasado, sigue siendo un gran ejemplo para muchos y eso me pone muy contenta”.
Esta es una declaración de Ignacia Tapia, joven de la parroquia Santa Teresa del Niño Jesús de Batuco en Chile, que participó de la versión número 27 de esta actividad.
Te puede interesar:
10 pensamientos del Padre Hurtado para cambiar el mundo
Había gran expectación frente a la participación de los jóvenes de Santiago ante la tradicional caminata que se realiza durante agosto, mes de la solidaridad, donde San Alberto Hurtado y todas sus obras adquieren una gran relevancia a nivel nacional. Esto debido a la presentación de un informe donde se confirmaron los abusos perpetrados por el Padre Renato Poblete quien fue capellán del Hogar de Cristo, la labor más reconocida del Santo Chileno.
Te puede interesar:
Chile y el demoledor informe de abusos cometidos por el sacerdote Renato Poblete
Ignacia y otros 20.000 jóvenes iniciaron la caminata el sábado recién pasado pasadas las 15:00 horas, y donde el envío estuvo a cargo de Monseñor Celestino Aós, administrador apostólico de Santiago, y quien hizo un fuerte llamado al compromiso de todos por Chile, quien en sus palabras hizo un fuerte llamado al compromiso con el país:
“Chile somos nosotros. Son los niños, son los adultos. Chile son ustedes los jóvenes y cada uno de nosotros tiene que tomar partido en este Chile. Miren a Jesucristo y traten de hacer lo que Jesús les dice. Es el momento de caminar, de cantar, de sentir la bondad y la alegría, formando comunidades y sentirnos contentos. Poner paz donde otros ponen violencia, poner generosidad donde otros ponen el egoísmo. Es hermoso ver que Chile somos nosotros”, dijo.
La caminata recorre distintas avenidas del centro de Santiago, son 6,4 kilómetros donde el objetivo es llegar al Santuario de San Alberto Hurtado, donde se encuentra su tumba. Durante todo el trayecto, los jóvenes fueron alentados por voluntarios de la Vicaría de la Esperanza Joven y pastorales de distintas organizaciones.
Para Erick Cuadra de la parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación de la comuna de Cerrillos, la caminata significa animar a otros: “Es un momento donde podemos reflexionar como jóvenes y eso, es súper entretenido. Es bueno ver que otros jóvenes también se animan. Son tiempos difíciles, pero nosotros somos la cara visible de la Iglesia y le ponemos todo el empeño”.
Más imágenes aquí (hacer click en galería):
El Padre Hurtado durante su vida realizó un sinnúmero de retiros, charlas y actividades para jóvenes. Pero sin duda el mensaje que dio en 1938 a los pies de la Virgen de la Anunciación, en el Cerro San Cristóbal, que domina todo Santiago sirve de guía has el día de hoy:
“Ustedes, mis queridos jóvenes han respondido a Cristo que quieren ser de esos escogidos, quieren ser apóstoles. Pero, ser apóstoles no significa llevar una insignia en el ojal de la chaqueta, no significa hablar de la verdad, sino que vivirla, encarnarse en ella, transubstanciarse – si se puede hablar así- en Cristo. Ser apóstol no es llevar una antorcha en la mano, poseer la luz, sino ser la luz… Ser delegado de la luz en estos abismos -como dice en una de sus cartas Claudel-, iluminar como Cristo que es la luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
Ser apóstol significa para ustedes, queridos jóvenes, vivir su bautismo, vivir la vida divina, transformarse en Cristo, ser continuadores de su obra, irradiar en su vida la vida de Cristo. Esta idea la expresaba un joven con esta hermosa plegaria: “Que, al verme, oh Jesús, te reconozcan”.
Los jóvenes no son el mañana de la Iglesia en Chile, son el hoy para superar la gran crisis que afecta a la institución; y los jóvenes muestran, una vez más, que la fe del pueblo que peregrina en Chile está viva.
Te puede interesar:
Conociendo el santuario del Padre Hurtado