En la localidad amazónica de Manaos (Brasil) se prepara una “Caminhada pela Paz” a modo de homenaje El padre Ruggero Ruvoletto, misionero italiano de Fidei donum de 52 años, fue asesinado alrededor el sábado 19 de septiembre de 2009, en su parroquia del Sagrado Corazón de María, en el barrio de Santa Etelvina, un suburbio de la capital amazónica de Manaos (Brasil).
“El padre Ruggero fue asesinado en su habitación dentro de la rectoría por haber denunciado el tráfico de drogas y la falta de seguridad pública, problemas que afligen a la comunidad – recuerda la declaración de la archidiócesis de Manaos enviada a la Agencia Fides- . Hoy el lugar de su martirio se ha convertido en una capilla. Las vestimentas litúrgicas que usó fueron colocadas en una vitrina de cristal, expuestas en este lugar”, explica un comunicado de lar achidiócesis.
“Para honrarlo, la comunidad organiza la Caminhada pela Paz todos los años. La edición de 2019 lleva por lema “Cuando se derrama la sangre de un inocente, Dios llora” y el tema “Misión en la Amazonía: ¡un grito por la vida y por la paz!”. “La marcha tendrá lugar el sábado 21 de septiembre en Terra do Cruzeiro, avenida 7 de Maio. Desde aquí nos dirigiremos hacia la iglesia de Santo Antônio, recordando la importancia del Sínodo para la Amazonía, y los temas de misión y vocación, evangelización, vida y paz. El evento finalizará con una misa presidida por el obispo auxiliar de Manaos, obispo José Albuquerque”, indica el comunicado.
El recuerdo del padre Ruggero siempre está vivo incluso en su diócesis de origen, Padua. Con motivo del décimo aniversario de su muerte, el obispo de Padua, monseñor Claudio Cipolla, presidió una misa en el cementerio de Vigonovo. El sábado 26 de octubre, a las 8.30 p.m., en la iglesia de Galta, su ciudad natal, se realizará un concierto-evento en su memoria, con testimonios y lecturas sobre la Amazonía.
El padre Ruggero Ruvoletto nació en Galta di Vigonovo el 23 de marzo de 1957, en la provincia de Venecia, diócesis de Padua. Fue ordenado sacerdote en 1982. Después de estudiar eclesiología en Roma, regresó a la diócesis en agosto de 1994, donde trabajó durante aproximadamente un año en trabajo social y pastoral. Fue nombrado después director del Centro Misionero Diocesano, puesto que ocupó desde 1995 a 2003. El 6 de julio de 2003 se fue a Brasil, como misionero fidei donum, a la diócesis de Itaguaì en Mangaratiba. Al año siguiente participó en un proyecto de presencia misionera en las afueras de Manaos, deseado por las diócesis locales. Una zona fronteriza entre la ciudad y el bosque donde la criminalidad está muy presente.
Artículo publicado originalmente en Agencia Fides
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