“Ten piedad de mí e intercede ante Dios para que en mi corazón herido brote nuevamente alegría…”
¿No dijo Jesús: “Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados” (Mt 5-4)? Esta promesa da a quienes han perdido a un ser querido el derecho a la esperanza: esperar un nuevo encuentro, esperar que Cristo venga a vivir y llenar sus corazones, esperar vivir en comunión con el difunto…
Hay muchos caminos diferentes que pueden brindar alegría y consuelo a quienes viven aquí abajo.
Por ejemplo, rezar esta oración de una persona viuda que se siente sola y encontrarse con Jesús resucitado:
Señor Jesús:
Tú que conoces la pena y el dolor que soporté cuando mi esposo/esposa se fue a la casa del Padre,
te ruego que me des el apoyo y el confort que tanto necesito hoy.
Llena mi soledad de alegría y esperanza y alivia mis temores por el futuro.
A imagen de la Virgen María que quedó viuda de José,
mantén mi corazón puro y dame una visión clara del plan de Dios para mí.
Si “no es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2,18),
concédeme la gracia de encontrar nuevamente “una ayuda que me convenga” aquí abajo,
y vivir en comunión con mi difunto/a esposo/a con la esperanza de nuestra eterna reunión.
Tú, que fuiste compasivo con la viuda de Naím (Lc 7-11),
ten piedad de mí e intercede ante Dios para que en mi corazón herido brote nuevamente alegría.
Amén.
Te puede interesar:
Oración de la viuda o del viudo
Te puede interesar:
Viudedad: ¿cómo vivir después de la pérdida del ser querido?