La autora de “Un ángel para Pía” cuenta a Aleteia cómo surgió su vocación por la escritura y por qué ha decidido dedicarse al desarrollo de cuentos infantiles Empezó a escribir cuando tenía 14 años. Primero lo hacía través de cartas a Dios, instancia donde “vaciaba sus sentimientos y emociones” y luego gracias a su trabajo en un medio de comunicación de Ecuador que le sirvió para desarrollar una escritura creativa y publicitaria. Y desde hace cuatro años ha añadido el blog lavidadepia.com.
Pero la semilla de la escritura en María Paulina ya estaba sembrada desde tiempo atrás, pues confiesa, en diálogo con Aleteia, que desciende de una familia de periodistas (su abuelo fundó el diario La Prensa y su padre trabaja actualmente en el periódico Extra, además de tener tíos que fundaron una radio y revista en Ecuador).
María Paulina tiene 49 años, es casada, tiene tres hijos y se ha desarrollado profesionalmente como decorada de interiores (además de tener un postgrado en Marketing). También es catequista y conductora de un programa de radio en una emisora local. Sin embargo, prosigue, “su pasión es la escritura”.
Es por eso que recientemente, tras la publicación de sus dos primeros cuentos infantiles “Hola Dios, soy Pía” y “Pía empieza a confiar”, María Paulina acaba de lanzar este 28 de septiembre en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guayaquil “Un ángel para Pía”.
“Mi pasión es la escritura; aspiro seguir escribiendo cuentos para niños, los ampliaré a valores humanos (…) Estoy escribiendo un libro para madres que trabajan: Cómo ser una buena mamá sin gritar en el intento. Anhelo lanzarlo en el 2020”, cuenta.
A continuación la entrevista que Aleteia mantuvo con María Paulina (Pía):
-¿En qué momento te diste cuenta que tu pasión estaba en escribir cuentos para niños?
Hace 3 años, en medio de una Hora Santa, le pedí a Dios me ayudara a encontrar un camino. Trabajando casi por 30 años en un canal de televisión sentí que mi ciclo había terminado… y necesitaba una luz para descubrir eso que llenara mi tiempo y mi corazón, luego de jubilarme.
Le pedí con insistencia y Dios me dio la respuesta. Salí de una capilla directo a escribir los títulos de los cuentos que Dios me había contestado: “Hola Dios soy Pía”, “Pía empieza a confiar”, “Un ángel para Pía” y “Pía se siente diferente”.
-¿Es fácil hablarle de Dios a un niño?
Es muy sencillo; los niños son como Dios: transparentes, nobles, perdonan y olvidan, son alegres y están llenos de una magia especial, están llenos de Dios. Cuando les leo los cuentos escuchan con atención, confían en lo que se les está diciendo. Se imaginan a Pía en su cuento. Si les hablásemos más de Dios a los niños desde pequeñitos, tendríamos más santos entre nosotros sin duda.
-¿Qué te dicen los padres? ¿Están agradecidos?
Sí, hay muchos padres que me escriben diciendo que su hijo no quiere dormir con ningún otro cuento que no sea el de Pía. Es más que un cumplido para mí… es la razón principal de los libros: acercar a sus hijos a Dios. Y ese espacio que se desarrolla cuando el padre o la madre lee el cuento al niño y luego reza a su lado, es un espacio único, estrecho, íntimo, de conocerse entre ellos y de conocer a Dios a través de la pequeña, que les ha servido de inspiración.
-¿Cómo podrías describir rápidamente a Pía, la protagonista de tus cuentos? Tengo entendido que de alguna manera también es como describirte a ti mismo…
Sí, los libros que he escrito tiene esa particularidad: son autobiográficos. A mí me dicen “Pía” desde niña y las historias se desarrollan tal como las viví; les pongo un poco de color y emoción para que lleguen a la imaginación de los niños, pero no dejan de ser mis vivencias propias.
Pía es una niña inocente, que vive con sus padres y dos hermanos en el centro de Guayaquil (Ecuador); es sensible y juguetona y luego de descubrir y conocer a Dios, lo ama profundamente, desde la sencillez de su corazón y comienza a contarle todas sus cosas, volviéndose grandes amigos.
-¿Cuál es el diferencial de tu último cuento, “Un ángel para Pía”?
A pesar de ser mi tercer libro es el que más me ha gustado escribir. Mi madre falleció cuando yo tenía 17 años. Con esta historia intento decirles a los niños que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y que las personas que ya no se encuentran entre nosotros físicamente, están muy ocupadas… cuidándonos desde el cielo.
En esta historia Pía transforma su dolor en esperanza, y luego de conversar con Dios desde la ventana de su dormitorio, imagina a su madre en el cielo, en medio de cálidos amigos, jugando en montañas rusas, regando las plantas, bordando y tejiendo, tal como le gustaba hacerlo en vida… y termina aceptando la partida, sabiendo que ahora su mami se encuentra en un lugar mejor, que es también muy divertido.
No es un cuento triste, es una forma sana de honrar a esos familiares que hemos perdido y explicarle eso a un niño no es tan fácil. El recurso de la imaginación de Pía con las montañas rusas y juegos es válido para que se comprenda que el cielo es un lugar hermoso… porque principalmente es Dios quien nos recibe allí.
En los dos primeros cuentos Pía va conociendo a Dios y su relación se vuelve cada vez más estrecha; en “Hola Dios soy Pía”, una noche su madre la envía a dormir y al cerrarle la puerta de su dormitorio le indica que rece. Sin saber cómo hacerlo, la cándida Pía comienza a hablarle a su padre del cielo, con su ingenuidad natural y con palabras muy sencillas y encuentra en Dios a un amigo que siempre ha estado esperándola. Y es desde allí que surgen las demás historias, pues Pía se relaciona con Dios en cada uno de sus cuentos. Al ser el primer encuentro de Pía con Dios, es una forma de enseñarle a rezar al niño.
En el cuento “Pía empieza a confiar”, Pía va a misa con su padre todos los domingos y se aburre en ella. Le pide a Dios que la oriente para comprender y encontrarlo a él y Dios le pide que confíe y lo busque en el interior de su corazón… y que de esa forma entenderá el milagro de amor que ocurre en cada una de las misas. Es hermoso cómo Pía siente una ráfaga de viento acariciándola y ella interpreta que es Dios tocando su carita. Con esta historia la intención es que los niños comprendan que ir a misa es sagrado… porque Dios nos espera en ella; y para esos niños que se aburren o se acaloran en misa, puedan ver el ejemplo de Pía apretando sus ojitos para poder ver a Jesús con los ojos de su corazón, dejando a un lado todo lo que los incomoda.
–Si tuvieras que recomendar un ámbito y horario del día para leer estos cuentos, ¿qué dirías?
Recomiendo sean leídos o contados antes de dormir, porque transmiten tranquilidad. El amor de Dios siempre se traduce en paz... y eso es lo que intento entregarles a los niños a través de mis cuentos. Luego de esta lectura, es el momento perfecto para hacer una oración y “probar” hablar con Dios, tal como lo hace la pequeña de las historias.
-Para hablarle a los niños de Dios es necesario también tener asimilado a Dios en la vida… ¿Cómo comenzó tu relación con él?
Pues comenzó a los 4 años, y tal como “Hola Dios soy Pía” mi madre me mandó a dormir y fue cuando recé por primera vez. Durante mi infancia fui sola con mi padre a misa todos los domingos (tal como lo explica Pía empieza a confiar). A los 12 años hice la Primera Comunión y me consagraron a la Virgen de La Merced (la hice un 25 de septiembre); a los 14 años comencé a escribirle cartas a Dios, en mis cuadernos de colegio le contaba mis vivencias e inseguridades propias de mi edad y me acerqué más a él; a los 17 años perdí a mi madre de manera repentina (“Un ángel para Pía”), desorientada y sola busqué consuelo y llegué al Movimiento de Schoenstatt, donde formé un grupo de vida con chicas de mi edad y desde donde pude conocer mejor a la Virgen María, quien me cobijó como una mamá.
Cuando me casé y tuve 3 hijos seguidos me dispersé; el tiempo de cuidar un hogar, un trabajo y tres niños me absorbió mucho y dejé de ir a misa y rezaba muy pocas veces. Fue un tiempo de enfriamiento, que también recuerdo de mucho abatimiento, porque me faltaba lo más importante.
Pero hace solo 4 años tuve una complicación en mi salud que me hizo despertar nuevamente. Estoy segura que Dios me estaba buscando porque sentí que me recibió con los brazos abiertos. Cerca de mi casa se está construyendo una Iglesia con unos sacerdotes que han cambiado mucho mi vida; ellos pertenecen a la Congregación Pro Ecclesia Sancta llegados al Ecuador para emerger una nueva parroquia. Gracias a ellos he vuelto a Dios con mucha fuerza con decisión y con las ganas de dejar un legado para el mundo, a través de mis libros y tratando de ser un buen testimonio de su amor.
-En el Instagram la vida de Pía hay manifestaciones de este vínculo. El Sagrado Corazón, la Virgen. Me imagino que ellos han ganado tu corazón.
Si, en el 2017 nos consagramos en familia al Sagrado Corazón de Jesús, con mi parroquia; fue precisamente en la preparación para esta Consagración que viví por primera vez una Hora Santa.
Mi vinculación con María se extiende desde mi juventud, en 1993 cuando ingresé al Movimiento de Schoenstatt, pero este año he formado un nuevo grupo, de mujeres maduras, del cual soy la dirigente. Hace un mes renové mi Alianza de Amor con María, con lo cual le entrego mi corazón y recibo el de ella.
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Más imágenes aquí:
¿Dónde se pueden conseguir los libros de Pía?
Se pueden pueden conseguir a través de la red @cuentosdePia
En venta en Librería Española y Librería VidaNueva, la librería del Santuario de Schoenstatt de Guayaquil. Pueden escribirme a mi correo lavidadepia@gmail.com o escribirme por whatsapp (593)990010016 – Ecuador