Un colombiano de 14 años que triunfa en el surf adaptado, ha demostrado que la discapacidad está en la mente tras obtener recientemente una medalla de oro en Estados UnidosNo tiene piernas pero tampoco tiene límites. Le falta el brazo izquierdo pero le sobra alegría, optimismo y perseverancia. A pesar de sus malformaciones congénitas, se ha destacado en natación, fútbol, surf y skate. Vive lejos de la playa, sin embargo nació con fascinación por el mar y aprendió a nadar y a surfear en tiempo récord.
“Si yo puedo, tú puedes” es la expresión que repite y que ha servido de inspiración y ejemplo para muchos adultos y jóvenes que conocen su historia.
Así es Freddy Marimón Blanco, el joven de 14 años nacido en Cartagena (norte de Colombia) que esta semana le dio a su país una medalla de oro en el US Open de Surf Adaptado en Oceanside (California), título que ya había alcanzado el año pasado en otra categoría. Como en anteriores ocasiones, agradeció a Dios y dedicó a su país el triunfo: “GRACIAS A DIOS SOY CAMPEÓN… Aquí estoy Colombia dejando en lo más alto el Tricolor nacional”, escribió en su cuenta de Instagram.
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“La discapacidad está en la mente, es la que tú te pones”, dice con serenidad y convencimiento este héroe colombiano que también se coronó el año pasado campeón suramericano en Argentina y campeón del mundo de la International Surfing Association (ISA). A finales de esta semana buscará un nuevo título en el Campeonato Latinoamericano de Surf Adaptado que se realizará en Chile y le esperan un par de competencias más antes de terminar el año.
Así es Freddy, incansable y sin prejuicios: “Hago todo lo que hace cualquier persona”, asegura con naturalidad. No se detiene ante ningún sacrificio y no duda ante ningún reto. Como tampoco dudó su mamá, Ilsy Blanco, cuando a los cinco meses de embarazo le dijeron que el segundo de sus hijos venía con una malformación congénita que impidió el desarrollo de sus piernas y de su brazo izquierdo.
“Tuve que buscar ayuda, primeramente de Dios y también sicológica”, contó al director Germán Bertasio en la película que realizó la productora Mundo Zero sobre su hijo. A pesar de la angustia y de la difícil situación por ser madre cabeza de hogar, decidió seguir adelante con el embarazo.
Durante los primeros años de vida de Freddy, ella lo cargaba para evitar que se maltratara de tanto arrastrarse hasta que un señor le regaló una patineta que en poco tiempo el niño dominó como un experto. Desde ese momento, la patineta ha hecho las veces de pies para él y, sin duda, sobre ella aprendió a surfear. Ilsy y Freddy no se rinden ante nada: la negativa de algunos colegios en recibirlo no fue obstáculo para que el niño se destacara académicamente. Tampoco se lamentan de la decisión de un médico de amputarle sus piernas y reemplazarlas por prótesis que no funcionaron.
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“Me he dado cuenta de que no existen ni limitaciones ni barreras y he comprendido el propósito que Dios tiene con Freddy, sé que es un propósito grande y que a mi familia y a mí nos va a sacar adelante. La alegría de él es lo que me mantiene porque hay momentos en que me siento agotada”, contó Ilsy en la citada película.
La familia la completan otros dos hijos: Pamela, la mayor, y Diego, el menor, quien ha seguido los pasos de Freddy en el surf y ya empezó a acumular medallas. Ellos, al igual que sus abuelos, han sido importantes en la vida de este joven campeón. Viven en un barrio de Cartagena alejado de la playa y del reconocido centro histórico de la ciudad, en medio de dificultades económicas pero apoyándose unos a otros, como integrantes de un gran equipo.
Ellos, al igual que todos sus coterráneos, lo han apoyado en su carrera deportiva, especialmente desde que empezó a surfear en el año 2016. Su talento fue reconocido rápidamente y ha contado con el respaldo de la gobernación de su departamento, que lo incluyó en un programa deportivo de alto rendimiento, el cual le garantiza una compensación mensual y la preparación necesaria para seguir siendo el número uno.
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Todo el respaldo recibido, al igual que las enseñanzas de sus entrenadores, le han permitido a este carismático joven colombiano subir cada vez olas más altas y alcanzar metas más grandes. En cada competencia, Freddy Marimón se aferra a su tabla como se aferra a sus sueños, con seguridad y optimismo, y con esa sonrisa sincera de un niño que se ha convertido en ejemplo para su país.
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