La pradera puede coger fuego y la combustión no es espontánea
Voces de todo el continente están poniendo la lupa sobre acontecimientos que se entremezclan con la inestabilidad política que estremece a naciones democráticas. Esa inestabilidad producto de una institucionalidad débil, el descrédito de la política y las necesidades no satisfechas es el caldo de cultivo perfecto para la acción de agentes desestabilizadores que pululan por la región.
Luego de los hechos de Perú, legisladores leales al ex-presidente Correa, tal vez por el efecto contagio que genera Lima, claramente se proponen destituir al Presidente Lenin Moreno y piden un adelanto de elecciones Presidenciales y Parlamentarias.
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El tuiter se revienta con reacciones que llegan de todas partes:
Ricardo Guanipa, ex-corresponsal de El Nacional en EE.UU. y excorresponsal de Radio Martí en Venezuela, agencia de noticias del gobierno Federal de EEUU, puso en su perfil: “Parlamentarios estatutarios financiados por el narcotráfico, piden destitución del presidente de Ecuador. Maduro y Raúl Castro detrás de la conspiración”.
Abogada defensora de Derechos Humanos, directora ejecutiva de Casla Institute y Delegada de WJA ante la Corte Penal Internacional, pregunta y responde: “Espontáneo lo que sucede en Ecuador? Que va! Los venezolanos conocemos muy bien cómo se mece la cuna cuando los “revolucionarios” se juntan para destruir los pilares de la Democracia”. Y agrega: “Esa reunión en Caracas del Foro de Sao Pablo salió con directrices al parecer…”
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El economista Luis Oliveros señala hacia el expresidente: “Correa le canta a los ecuatorianos para que salgan a la calles. Conclusión: las protestas de ayer en Ecuador no fueron espontáneas, sino planificadas como un acto de desestabilización. Recordemos, protestaban por la subida del precio de los combustibles”.
El diputado al Congreso Nacional, electo 4 veces Gobernador de Carabobo, además de presidente Unión Demócrata Internacional (IDU) para Latinoamérica y El Caribe, Henrique Salas Feo, comparte su sospecha: “Eventos del Perú y Ecuador no son casualidad… Evidente que Foro de São Paulo pretende desviar la atención internacional de lo que ocurre en Venezuela. Lógico, le temen una intervención….”
Un exiliado, Rafael Mena, desde Quito los llama “esos sindicatos corruptos y gremios de delincuentes correístas, infiltrados que organizan la sedición contra Moreno están incendiando al Ecuador a sus anchas. Moreno ha sido, más bien, demasiado benevolente”.
Protestas tomaron las calles de Bogotá por tres días desde el 25 de septiembre. Inicialmente, el motivo expuesto era manifestar contra la corrupción de las universidades colombianas. Pero se determinó que no todos eran universitarios locales. “Buena parte de esos encapuchados tienen que ser de los encapuchados que nos han mandado desde Venezuela, porque esos no son los estudiantes colombianos”, aseguró Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta de Colombia.
Dinero no falta. El diputado de la Asamblea Nacional por Mérida -Venezuela- y presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento, Carlos Paparoni, reafirmó este viernes que “la administración de Nicolás Maduro ha entregado a la guerrilla colombiana más de 1 millón de dólares, proveniente, sólo del ejercicio en el Arco Minero”.
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En veremos…
Hacia dónde girará América Latina, si volverá o no a la izquierda es el debate que se encrespa por estos lares. Ya los analistas abordan el tema sin el menor tapujo.
El continente se apresta a realizar elecciones en varios países. Ellas podrían apuntalar las democracias o volver a dejar pista libre a populismos de izquierda que cambiarían el panorama y lo harían más inmanejable. Casos como el de Argentina son una vitrina, además de los coletazos en Perú y Ecuador. Es la coyuntura que están aprovechando los factores antes agrupados en el Foro de Sao Paulo, hoy con nueva faz y nuevo nombre: Grupo de Puebla.
Una silenciosa reinvención
Este grupo quiere “adueñarse del mañana”, tal cual lo han proclamado. Se reunieron en Caracas este año y revisaron sus “marcas”. Perdieron el poder y están embarrados de corrupción hasta la coronilla. Se imponía una nueva imagen, un cambio de nombre y una estrategia que los realineara en la ruta hacia el poder. Parecen haber optado por la generación de violencia y la desestabilización, en lo cual han probado ser muy hábiles. Y eso es lo que avezados analistas están divisando.
El Grupo de Puebla se diferencia del enfoque que el Grupo de Lima tuvo con el tema Venezuela: ‘Progresivamente’ se posicionó claramente en defensa de la soberanía venezolana ante la activación del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) en el marco de la Organización de Estados Americanos. A la vez, se pronunció a favor de una solución pacífica y dialogada a la crisis económica, política e institucional del país que gobierna Maduro es parte del análisis de Juan Manuel Karg, Politólogo UBA y Analista Internacional. Y se pregunta: “¿A que le da importancia el Grupo de Puebla?” Y se responde: “Al triunfo y la gestión de López Obrador en México, a la posibilidad de mantener los gobiernos progresistas de Uruguay y Bolivia, al crecimiento de las fuerzas de izquierda en Colombia (por primera vez ingresaron al ballotage, de la mano de Gustavo Petro, quien terminó sacando más de 8 millones de votos en 2018) y lógicamente a la actual descomposición política del macrismo en Argentina, que podría posibilitar la llegada del Frente de Todos a la Presidencia del país”.
Próxima parada: Buenos Aires
A principios de noviembre tendrán una segunda reunión, esta vez en una capital argentina más “acogedora”, con el avance del kirchnerismo. Buscan instalar la marca Grupo de Puebla y para ello el bloque ya se ha pronunciado sobre varios temas de interés político latinoamericano, por ejemplo, el tema de la Amazonía y la crisis política en Ecuador. Se percibe su injerencia en Perú y hasta Colombia acusa signos de su presencia. Aún hay febril actividad en Chile: en la casa de José Miguel Insulza – senador del Partido Socialista y ex-secretario general de la OEA- se prepara la segunda reunión del Grupo de Puebla que ya tiene 32 miembros, siete de ellos son ex presidentes –Lula da Silva y Dilma Rousseff (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana), Ernesto Samper (Colombia) y Fernando Lugo (Paraguay); y dos actuales candidatos: Alberto Fernández (Argentina) y Daniel Martínez (Uruguay).
A ellos se suman el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, el senador Alejandro Navarro, el presidente del partido Progresista, Camilo Lagos; la diputada comunista Karol Cariola y el propio Insulza. Hasta ahora y en bloque han repudiado las expresiones de Bolsonaro y la hipotética intervención militar en Venezuela.
Una posible intervención y el asunto del TIAR los tiene sumamente preocupados. La “silver bullet” es aferrase al poder y reconquistarlo donde lo han perdido; en su defecto, encender la pradera como el último cartucho para complicar las cosas a los Estados Unidos y sus aliados en el hemisferio.
Se sabe que en Caracas ya hubo grietas. Cuesta arriba resulta para algunos miembros como Lugo y Lagos, por sólo mencionar dos de ellos, retratarse en grupo con Maduro, Castro y Evo. No se apoya, sin más, a modelos fracasados, abusos contra los derechos humanos y mandatarios presos por corrupción. Está por verse cómo se desenvolverá la dinámica en noviembre.
Es obvio que el errático manejo político de las crisis conspira a favor de su profundización. Martín Vizcarra, presidente de Perú, parece comenzar a entender que abrir juego puede ayudar y juramentó un nuevo gabinete que incluye un fujimorista disidente.
Lo cierto es que la impresión, cada vez más generalizada entre los sectores democráticos del continente, es que la ola de violencia en América Latina tiene un propósito: reinstaurar regímenes antidemocráticos en la región.
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