El estudiante de 17 años sufrió un paro cardíaco en el entrenamiento, pero Mauro Alessano luchó por su vida. Le hizo 9 minutos de masaje cardíaco hasta que llegó la ambulanciaMauro Alessano es un profesor de deporte con años de experiencia. Trabaja en el Istituto Pacinotti de Tarento, una ciudad de 200.000 habitantes en el sur de Italia.
La semana pasada se enfrentó a una de las situaciones más difíciles de su vida. Como él mismo relataría después a Radio Capital, se encontraba en la pista de entrenamiento y los estudiantes habían comenzado la parte práctica, que consiste en hacer algo de calentamiento. Los muchachos se pusieron a correr y “a unos 20 o 30 metros” del punto de salida, un alumno se desplomó.
Un paro cardíaco
Alessano fue rápidamente a atenderlo y vio que había sufrido un paro cardíaco. Inmediatamente se puso a aplicarle un masaje cardíaco. “No puedo calcular el tiempo que transcurrió porque se me hizo eterno”, confesó. El estudiante recuperaba por momentos el ritmo del corazón, pero este volvía a pararse. Ante la situación, llamaron al teléfono de emergencias, el 118.
El tiempo corría en contra y parecía que no eran capaces de reanimar al joven, de 17 años, pero Mauro Alessano no desesperó: “Nada de miedo. Pero que venga rápido el 118, pensaba para mí”.
9 minutos que se hicieron eternos
Transcurrieron unos larguísimos 9 minutos. Alessano no podía mantener la energía que se necesita para dar el masaje cardíaco pero su ayudante de avituallamiento le tomó el relevo para seguir practicándole al muchacho los impactos.
Finalmente aparecieron dos ambulancias del 118. En una iba una enfermera y en otra un médico y una enfermera. Sin perder ni un segundo aplicaron el desfibrilador y sacaron adelante al alumno. El chico recobró el pulso y volvió en sí, los latidos se mantuvieron ya estables. Fue conducido entonces al hospital, donde quedó ingresado en la unidad coronaria.
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Toda Italia ha quedado conmovida por el gesto de preocupación del profesor, que luchó por hacer todo lo que estaba en sus manos. “Yo hacía lo que podía y esperaba que llegara alguien más competente”, dijo. “Gracias a Dios ahora está bien”, dijo después de haberlo visitado en la habitación del hospital.
La importancia de los primeros auxilios y el desfibrilador
La noticia también ha servido para subrayar la importancia de los primeros auxilios y la necesidad de disponer de desfibriladores en los centros educativos.
La presencia de desfibriladores en lugares públicos es una medida por la que se trabaja en muchos países. en Japón, el país más concienciado, hay 25 por cada 10.000 habitantes. En Francia hay 18,5 por cada 10.000, y en Reino Unido y Alemania la cifra gira en torno a 12 desfibriladores. España se sitúa en el último puesto de Europa, con solo 2,5 desfibriladores por cada 10.000 personas.
México: esbozan una nueva ley
En México, está en trámite una iniciativa para que se apruebe la Ley de espacios, edificios y eventos cardioprotegidos.
Las sociedades de Cardiología han señalado en repetidas ocasiones que un desfibrilador puede salvar muchas vidas: solo el 9 por ciento de las personas que sufren un paro cardíaco sobrevive y este aparato, colocado en escuelas y espacios públicos, podría aumentar la posibilidad de salir con vida. Como también se insiste en los cursos de primeros auxilios, para que todos sepamos cómo actuar en caso de parada cardíaca de alguien de nuestro entorno.
“Enseñar en la escuela los primeros auxilios significa reducir las muertes evitables“, aseguró Mario Balzanelli, director de la Central Operativa-Sistema 118 de Tarento y presidente de la Sociedad Italiana del Sistema 118.
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