La medallista de natación sincronizada prefiere no revelar el problema de salud que afecta a alguien de su entorno más íntimo.La nadadora olímpica española Ona Carbonell ha sorprendido esta semana al mundo del deporte al anunciar que no acudirá a los Juegos de Tokio 2020. Carbonell explicó que dos personas de su familia “están pasando por una situación de salud delicada” y esto le ha hecho replantear prioridades.
Prioriza la familia
“Dos familiares muy cercanos -explicó en entrevista a “El Mundo”– tienen una enfermedad delicada y eso me ha hecho aclarar mis prioridades para centrarme en lo que de verdad importa. Llevo toda la vida poniendo el deporte por encima de las personas y, por primera vez, sentía de corazón que tenía que priorizar a mi familia. Eso es incompatible con un año olímpico, que es lo más maravilloso para un deportista, pero exige estar permanentemente viajando y entrenando”.
En su casa, Ona Carbonell guarda ya 37 medallas obtenidas en categoría absoluta, acumuladas desde el campeonato Mundial de 2007. Son el brillante paso por campeonatos europeos y mundiales además de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, en los que se alzó con una plata y un bronce, en dúo y por equipos respectivamente.
Ona era una promesa para la convocatoria de Tokio, pero a un año de los Juegos Olímpicos, prefiere frenar, aunque ya ha aclarado que se trata de una “retirada temporal”.
“Mi corazón y mi cabeza no estaban en la piscina”
“Aunque ha sido una decisión muy difícil, sentí -dijo- que si no lo dejaba me iba a arrepentir de no estar donde tenía que estar. Mi corazón y mi cabeza no estaban en la piscina”.
La deportista se hizo con el cariño del público en la última edición de Masterchef de los famosos, en el que participó y ganó. Su sentido positivo y su sencillez, unidos a su fortaleza a la hora de competir, hicieron que se alzara con el galardón. Ese fue uno de los pocos extras que se consentía en el horario de una deportista de élite.
Sin embargo, la enfermedad de alguien querido le hizo cambiar de objetivo en la vida. El deporte, ahora, quedará en un segundo plano. “Mi familia -explicó- siempre ha estado para mí y yo nunca he estado allí para ella. En cualquier ámbito, ser el mejor del mundo significa renunciar a todo. Es así. Yo entreno 60 horas a la semana sin vacaciones”.
“Yo les he faltado y ahora voy a estar”
La sirena olímpica echó la mirada atrás: “No he ido a ninguna boda, a ningún bautizo, no he podido estar ahí en momentos muy importantes para ellos… Y en una situación tan delicada como la actual, te das cuenta de que lo que más importa en esta vida es la gente que quieres y yo les he faltado. Ahora voy a estar”.
Respeto a su privacidad
Pese a la marcada dimensión pública de Ona Carbonell, esta prefiere no dar más detalles acerca de quiénes son los familiares afectados y cuál es la enfermedad que padecen. Guarda así la privacidad y espera que los medios de comunicación la respeten. Y tiene todo el derecho a hacerlo, puesto que, como cualquier otro ciudadano, la esfera de lo privado no tiene por qué darse a conocer si ella no quiere.
Un caso similar ocurrió recientemente con el entrenador de la selección nacional española de fútbol, Luis Enrique. El pasado mes de marzo, en plena ebullición de la temporada, el entrenador anunció que se retiraba “por motivos familiares”. Pidió respeto a los medios de comunicación para su privacidad y así lo hicieron. El 29 de agosto, por desgracia, se sabía que había fallecido Xana, su hija de 9 años, a causa de un cáncer de huesos.
Con 29 años, Ona emprende ahora una etapa de mayor dedicación a la familia. Todos esperan que el problema de sus seres queridos pueda resolverse pronto y que regrese a la piscina de entrenamiento lo antes posible.
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