El proyecto MOM combate la desnutrición y está en marcha en los campos de refugiados etíopes. Podría aplicarse a otras regiones del planeta.El mapa mundial de la desnutrición infantil se ceba en amplias regiones de África y Asia. América Central y América del Sur tampoco escapan a ella. Y eso ocasiona altos niveles de mortalidad.
Para combatir esta lacra, ACNUR y la Fundación “la Caixa” pusieron en marcha el Proyecto MOM (madre en inglés), que trata de cometer acciones para frenar el índice de muerte infantil a causa de una malnutrición.
El proyecto MOM se implementó en los campos de refugiados de Etiopía entre menores de 5 años. El resultado ha sido muy positivo: se ha reducido la mortalidad infantil en un 76%.
Proyecto MOM: en favor de los bebés y sus madres
La cifra ha devuelto la esperanza a muchas madres y familias. Y, lo que es mejor, deja la puerta abierta a que este proyecto se implante en otros lugares del planeta también necesitados de esta ayuda.
Caroline Wilkinson es asesora de nutrición de ACNUR y preside el Grupo de Trabajo de Nutrición en Emergencias de Naciones Unidas (SCN). Ha asesorado al equipo del proyecto MOM, comenzando por los campos de refugiados de Gambella y Melkadida. En ellos, en 2018 se consiguió aplacar la desnutrición de un 43% los que allí viven.
Las soluciones que aplica MOM son muy básicas: “Intentamos aplicar iniciativas que sabemos que funcionan. Y hacemos todo lo posible para trabajar con la comunidad, empoderando a las mujeres y a las familias, a través de intervenciones que no sean demasiado costosas», explicó Wilkinson en un encuentro con los medios de comunicación en España.
Superar la anemia
Uno de los remedios ha sido luchar contra la anemia. Para las madres, la extracción de sangre con un pinchazo doloroso para el bebé hacía que no solicitaran ayuda, pero se condenaba así a la muerte del pequeño. MOM ha empleado, en cambio, una “pinza” lectora para el dedo que hace posible el estudio de la hemoglobina, suficiente para detectar los casos de anemia.
La “pinza” sirve igualmente para detectar anemia en adolescentes, embarazadas y otra serie de personas, de modo que su uso favorece las condiciones de vida de la población. En el caso de las gestantes, se evitan muchos problemas en el parto, por ejemplo.
Favorecer la lactancia
Wilkinson explica que muchas mujeres de los países afectados por la malnutrición sí comprenden la importancia de dar leche materna a sus hijos. Muchas proceden de comunidades que viven del pastoreo y son plenamente conscientes de ello. Sin embargo, la necesidad de huir de las zonas de guerra o conflicto hacen que no puedan amamantar a su bebé.
Otras madres tampoco pueden debido a la gestión del tiempo. “Si una madre tiene que pasar todo el día en el mercado vendiendo tomates, no podrá amamantar a su hijo como debiera. Para luchar contra esto -explica- también es importante educar a toda la comunidad, no solo a la mujer, para que puedan ayudarla a tomar estas decisiones que en solitario no podría”.
La generosidad de la gente
Con el proyecto MOM, pueden aplicarse estos pasos positivos a otras regiones del mundo. Pero Wilkinson se muestra esperanzada: “Por desgracia, vivimos en un momento en el que hay más refugiados que nunca. Chad, Níger, Burkina Faso, Bangladesh, Sudán del Sur… Esto hace que muchas veces nos veamos abrumados. Pero incluso en momentos como la crisis económica que se vivió en España, la solidaridad de la gente no se redujo y esto es algo positivo que destacar”.