Una mamá cuenta con el corazón lleno de gratitud y orgullo la historia de su hijo y la generosidad de su empleador que, ante los obstáculos burocráticos, decidió contratarlo con un contrato indefinido, renunciando a las desgravaciones fiscales establecidas para las categorías protegidasEn el Corriere Buone Notizie una mamá, Nadia Basso, cuenta llena de gratitud y orgullo la historia de su hijo Emanuele, y es realmente una hermosa historia que vale la pena compartir.
Los protagonistas son precisamente su hijo, un joven con asperger y su empleador, “un emprendedor rock”, así lo define la señora Nadia, porque “tuvo el valor de apostar por una persona “especial”.
Emanuele y la experiencia de la pasantía: ¡cuántas mejoras!
Emanuele, tras haber terminado la secundaria sin profesores de apoyo y en la casi total soledad, hasta el punto que afirma “Nadie ha jugado conmigo nunca” (Corriere), es incluido en las listas de empleo específicas y en marzo de 2017 empieza una pasantía en una empresa que ensambla lámparas led en la provincia de Padua, cuyo propietario es Luca Pellegrino.
Cuenta la mamá que la experiencia laboral representa para Emanuele una verdadera y propia terapia psicológica, un motor poderoso capaz de implementar un cambio importante y valioso en la vida del chico que tiene dificultades, como suele suceder en las personas con síndrome de Asperger, precisamente en las relaciones con los demás y en el manejo de la novedad.
La primera buena noticia: el contrato temporal
El joven en la empresa se ocupa de controlar el material que llega y hacer pequeños ensamblajes y a pesar de que no es muy veloz es muy preciso, cuida sus tareas y es confiable. Después de la pasantía llega la primera bella noticia: Emanuele es contratado con un contrato temporal.
Más tarde el señor Pellegrino cambia su actividad a la provincia de Treviso y además de volver a contratar a 30 empleados tiene la intención de llevar a Emanuele a la nueva sede. ¡Piensa qué satisfacción para el joven y toda su familia! Pero desgraciadamente, como cuenta la señora Basso, se presenta un obstáculo: la burocracia.
Los tropiezos de la burocracia
El centro para el empleo de Trevisto no emite el permiso, en cambio pide que una comisión reexamine las capacidades laborales de Emanuele. Y no importa si el dueño lo conoce y quiere contratarlo precisamente él. El asistente social que lo ha seguido durante la pasantía propone redactar una relación sobre el recorrido y los objetivos alcanzados. Nada qué hacer. No lo quieren. Están cumpliendo con las normas obligatorias y no necesitan menos de 4 meses para el informe de evaluación final (Corriere).
La inactividad hace retroceder a Emanuele
Así empieza para Emanuele un periodo difícil de inactividad, en donde el joven…
Retrocede, sacude las manos continuamente, camina adelante y atrás en la cocina de manera obsesiva, no sale de casa, duerme poco (Ibidem).
La elección del jefe: contratarlo a tiempo indefinido renunciando a la desgravación fiscal
La sociedad Fabbian busca de todos los modos posibles resolver la situación pero cualquier intento es en vano…
Hasta que el dueño decide ir al grano y contratarlo como “normotípico”, renunciando a la degravación fiscal. Es el 21 de enero de 2019. El Instituto Nacional de Seguridad Social convalida las capacidades laborales de Emanuel y mi hijo fue contratado con contrato indefinido.
Donde no llega la burocracia llega el corazón de un emprendedor
Un gesto generoso y valiente, realmente contracorriente. Una elección que alegra el corazón de todos y que sobre todo revoluciona la vida de Emanuele, que hoy está menos encerrado, más autónomo y sobre todo sonriente.
Donde la burocracia se ha ralentizado… el corazón de un emprendedor ha llegado rápidamente, que ciertamente sabe que la riqueza más grande para una empresa es no dejar atrás a nadie.
Aquí está mi y nuestras buenas noticias. La experiencia laboral de estos dos años le ha dado confianza, autoestima, hoy habla mucho más, lee Il Corriere todos los días, lo comenta con colegas (…), cuando tenemos amigos, no se encierra en su habitación. Ha empezado a salir solo de casa. Entra en los bares del pueblo para tomar un café solo. Asiste al gimnasio seguido de un fisioterapeuta. Ha comenzado un curso de inglés (nivel avanzado) y es el mejor de la clase. Y él sonríe, ¡Emanuele sonríe! ¡Nada de esto es obvio para un niño autista! (Corriere).