Comienza en Mexico el primer congreso continental sobre el temaQuizá haya pasado mucho tiempo sin que esto se produjera. Pero lo importante es que quince países latinoamericanos decidieron reunirse en Ciudad de México para enfrentar uno de los principales temas que han motivado el recelo hacia la Iglesia católica en la región: los abusos sexuales de miembros del clero a menores de edad.
Atacar las causas de fondo
El Primer Congreso Latinoamericano sobre la Prevención del Abuso de Menores, que se lleva a cabo en las instalaciones de la Universidad Pontificia de México (UPM) ha iniciado con el acento puesto en combatir tres graves crisis por las que atraviesan las sociedad y la Iglesia: la crisis familiar, la educativa y la espiritual.
“Ojalá que, además de ver los aspectos más concretos de cómo actuar en estos casos y cómo afrontar las situaciones lamentables del abuso a menores, tengamos en cuenta estas causas de fondo que están en las raíces de los problemas que vivimos como sociedad y como Iglesia”, dijo el cardenal y arzobispo primado de México, Carlos Aguiar, al inaugurar el encuentro.
En su momento, el nuncio apostólico en México, el arzobispo italiano Franco Coppola subrayó la necesidad de que la Iglesia latinoamericana encuentre nuevos caminos para prevenir y combatir los abusos a menores, lo cual implica “un cambio profundo en la formación inicial y en la formación permanente” que los seminaristas y los sacerdotes deben tener.
Por una Iglesia redimida
Por su parte, el padre Mario Ángel Flores, rector de la Universidad Pontifica de México, afirmó que la Iglesia latinoamericana “en medio de sus conflictos, en medio de sus violencias, en medio de sus anhelos, en medio de su historia”, necesita ser “más comprometida, renovada, una Iglesia con un rostro más cercano y creíble, una Iglesia redimida”.
En su intervención, el padre Daniel Portillo, director del Centro de Protección de Menores (Ceprome) de la UPM, aseguró que la erradicación de los abusos de menores por parte de sacerdotes y religiosos sólo puede ser efectivo si se realiza como un esfuerzo común.
“En la prevención de la Iglesia no se trabaja solo. Comienza con la participación de una persona como tú, de una familia como la tuya y de una Iglesia diocesana como a la que tu perteneces”, aseguró el director del Ceprome, un organismo único en el país que se dedica a elaborar pautas de acción para evitar el abuso y hacer que los chicos se sientan seguros en la Iglesia.
Los obispos hemos cometido muchos errores
El arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera, exigió que los obispos sigan al pie de la letra los protocolos de atención establecidos para el caso de abuso de menores en sus diócesis. Si antes no se podía, ahora mucho menos se puede “cambiar de ciudad al delincuente”. Esa práctica “lo que se hizo fue diseminar el problema y no afrontarlo”.
Reconociendo que todos los obispos que tienen en el cargo más de diez años han cometido muchos errores con respecto a este tema, ahora les queda claro “que tenemos la responsabilidad de conocer y aplicar la legislación civil y canónica, y por otro lado, acercarnos a las víctimas”.
El arzobispo Cabrera, quien también participa en el consejo directivo de la CELAM dejó en firme la idea de que la prevención del abuso sexual a menores es una prioridad del propio organismo que aglutina a todas las conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, partiendo de la rendición de cuentas y de la responsabilidad de reparar el daño, a través de la atención profesional y acompañamiento a la víctima.
Finalmente, el arzobispo Cabrera recordó el compromiso de informar a la comunidad sobre los casos de abuso sexual que se lleguen a presentar en la Iglesia latinoamericana, siempre, respetando los derechos constitucionales y canónicos del secreto pontificio.
Con información de Desde la Fe