separateurCreated with Sketch.

Harissa: polo de la cristiandad oriental

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
H2O Studio - publicado el 13/11/19
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

De Belén surgió Cristo, de Lourdes los milagros emanaron, y sobre la colina de Harissa la reina de los cielos se alzó; como el cedro del LíbanoEl Santuario de Harissa tiene una vista de 600 metros del litoral, se encuentra a 25 km de la capital Beirut, es querida por todos los libaneses, ya sean cristianos o musulmanes, todos se dirigen hacia María como su madre. No es sorprendente que el pequeño pueblo de Harissa se convirtiera en el polo de la cristiandad oriental. De Belén surgió Cristo, de Lourdes los milagros emanaron, y sobre la colina de Harissa la reina de los cielos se alzó; como el cedro del Líbano.



Te puede interesar:
La Virgen María en el diálogo islámico-cristiano

El primero de Mayo de 1908, con ocasión del 50 aniversario de la Proclamación de la Inmaculada Concepción, el papa Pío IX y el patriarca maronita Elias Hoayek inauguraron el Santuario de la Virgen de Harissa y declararon ese día la solemnidad de Nuestra Señora del Líbano. Desde su inauguración, los creyentes han peregrinado al lugar desde el Líbano, Siria, Jordania, Palestina y Egipto; así como de países europeos y americanos.

El nombre de Nuestra Señora del Líbano; fue conocido en todos los países de Oriente y el mundo entero. Donde quiera que fuera un libanés, también iba el Líbano y Nuestra Señora del Líbano. En 1954 con ocasión del 50 aniversario de la construcción del santuario, el cardenal Angelo Roncalli, más tarde el papa Juan XXIII, hizo una peregrinación al lugar representando al papa Pío XII. En agosto de 1970 el patriarca Boulos al Moouchi colocó la piedra angular de la Basílica de Nuestra Señora del Líbano y en 1990 las celebraciones comenzaron en la nueva Basílica con una capacidad de 4.000 personas.



Te puede interesar:
Santuarios marianos del mundo: Nuestra Señora del Líbano

En 1997 el papa Juan Pablo II visitó el santuario de Harissa y desde ese momento invitó a los jóvenes a orar a la Virgen María, Nuestra Señora del Líbano, para que protegiera al Líbano y a su gente. Al día de hoy sólo algunos pueblos en el Líbano no tienen iglesias con el nombre de la Virgen. Honrar a la Virgen María está enraizado en los corazones de los libaneses que le hacen homenaje con las palabras del himno:

“Virgen de las montañas y los océanos, Reina y Símbolo de nuestro Líbano, su pureza es como la nieve del Líbano, su perfume como sus flores y se ensalza como el Cedro”.

Juan Pablo II se dirigió a los jóvenes en la Basílica de Nuestra Señora en Harissa en 1997:

“Pidan a la Virgen María, Nuestra Señora del Líbano, cuidar de vuestro país y sus habitantes, que os asista con cuidado materno, para ser herederos merecedores de los santos de su tierra y que florezcan en el Líbano, un país que es parte de los santos lugares que Dios ama, porque Ella vino para hacer su casa aquí y recordamos que debemos construir la ciudad terrenal con los ojos puestos en los valores del Reino de los Cielos”.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.