La tragedia de Armero (Colombia) hizo que una fuera adoptada en España y otra quedara en su país. Ambas luchaban por encontrar a su madre pero llegó la sorpresa…El 13 de noviembre de 1985, la pequeña ciudad de Armero, situado a 50 km del volcán Nevado del Ruiz, en Colombia, vivió una tragedia de dimensiones inimaginables. El volcán hizo erupción y provocó la muerte de 25.000 de los 29.000 habitantes.
Ángela Johana y Jenifer eran hermanas. Nadie sabe qué ocurrió con su familia pero ellas sobrevivieron a aquella catástrofe: la mayor tenía un año y la bebé era recién nacida.
Dos niñas dadas en adopción
En el plan nacional de salvamento que se puso en marcha aquellos días, fueron dadas en adopción aquellas dos criaturas que quedaron desamparadas. Jenifer fue adoptada por una familia española a través de la embajada colombiana en Madrid.
Por su parte, Ángela Johana fue adoptada por una pareja colombiana. Tenía un año. Confiesa -según declaró a la agencia Efe- que su madre no la trató muy bien y que su padre adoptivo no está conforme con que ella busque sus raíces biológicas.
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Vidas paralelas en Colombia y España
Ángela Johana vive en Barrancabermeja (Santander, Colombia). Hoy tiene dos hijas de 18 y 14 años, trabaja a media jornada en una fábrica y tiene un negocio donde vende embutidos y loterías.
Jenifer es periodista y desde Valladolid (España), donde vive, contó con el apoyo de la familia adoptiva para encontrar a su madre. Al mismo tiempo, comenzó un documental acerca del desastre de Armero.
“Alguien está buscando a la misma persona que tú”
En 2017, viajó a Manizales y consiguió un paso esencial: saber que el nombre de su madre era Dorian María Tapasco Téllez.
Más tarde fue a Barrancabermeja y allí publicó un anuncio en prensa sobre su caso. Transcurrió un año sin respuesta de nadie, pero al fin, una luz de esperanza: un día la llamaron de la Fundación Niños Perdidos de Armero para decirle: “Jenifer, alguien está buscando a la misma persona que tú”.
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Una prueba de ADN
Con el tiempo y después de mucho insistir, a Ángela le llegó un informe de 120 páginas de parte del organismo oficial que llevaba las pesquisas acerca de la tragedia de Armero y de su caso en concreto.
Gracias a una prueba de ADN realizada en el Instituto de Genética Yunis-Turbay, se ha podido confirmar que Jenifer y Ángela Johana son hermanas.
“Una alegría inmensa saber que tengo una hermana”
Ayer se produjo el encuentro de las hermanas y de ello fueron testigo las cámaras de televisión. Ángela no pudo contener las lágrimas: “Es una alegría muy inmensa el saber que tengo una hermana, lo que más anhelo es saber si mi mamá está viva, saber si tengo más hermanos, sentarme a hablar con ella, saber que pasó ya que tengo muchas cosas que preguntarle”, dijo.
A través del trabajo de la Fundación Armando Armero, con este ya son cuatro los reencuentros de familias por estudios de ADN. Quedan por delante otros 543 casos. La tarea es ingente pero el encuentro de Jenifer y Ángela Johana da esperanza a muchas otras personas que sufrieron la tragedia de Armero.
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