Llegan los niños del colegio. Se quitan los abrigos, dejan la mochila en su silla y corren directos a la cocina a merendar.
En torno a la mesa comienza la conversación: "¿Cómo ha ido el cole?". Cada uno cuenta alguna batallita de patio, alguna anécdota de la clase o simplemente lo que han comido a mediodía. Y, como quien no quiere la cosa, tu hijo mayor te lanza la pregunta: "¿Los Reyes Magos existen?"
Te pilla desprevenido. Rodeado de niños pequeños, un contexto poco adecuado para abordar cuestión tan delicada. ¿Qué haces? ¿Qué y cómo respondes?
No creo que exista una única respuesta pues cada niño es único, pero sí creo que convendría estar un poco preparado para aprovechar esta oportunidad para mostrar a tu hijo el amor que le rodea.
Durante las semanas previas a la Navidad puede surgir el tema, pero también después, incluso cuando ha pasado el día de Reyes. Has de decidir si es el buen momento para tratarlo en profundidad o no. Todo depende del niño, de su grado de madurez, de su carácter y de su personalidad.
Pero también depende del contexto porque, como comprenderás, este tema necesita ser tratado individualmente y no en familia o con hermanos más pequeños escuchándonos.
Si ves que tu hijo necesita conocer la verdad y crees está preparado, reuníos los padres con él en un lugar tranquilo, a ser posible, cuando los demás hermanos pequeños duerman.
¿Preparado?
Comentadle primero que creéis que ya está preparado para recibir un gran secreto que se ha transmitido a lo largo de los siglos de familia en familia y de generación en generación.
Es el secreto de los Reyes Magos, aquellos que, estando en Oriente, vieron aparecer la estrella de Belén y emprendieron un largo camino que les llevó primero a Jerusalén donde se presentaron ante otro rey, el rey Herodes, para preguntarle por el rey de los judíos que acaba de nacer.
Es el secreto de aquellos magos que, según cuenta San Mateo en su Evangelio, dejaron desconcertado al malvado rey y con él a toda Jerusalén.
Se trata del secreto de quienes marcharon después hasta Belén de Judea donde vieron que la estrella se había detenido en un lugar y "se llenaron de alegría". (Mt.2,10)
Es el secreto de unos hombres que "encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra". (Mt.2,11)
Los Reyes magos ofrecieron sus dones al Niño Dios que, cada día, y especialmente cada 6 de enero, quiere llenarnos a nosotros también de su alegría. Para eso, los Reyes Magos cuentan hoy con los mejores pajes que todo niño puede tener.
Unos pajes que Dios puso en su vida desde el mismo instante de su concepción. Unos pajes que le aman y que le consideran fruto de su amor.
Pajes que le ofrecerán siempre su amor incondicional y que intentan darle pistas para que pueda descubrir el amor de Dios.
Aprovecha esta oportunidad para mostrar a tu hijo lo bello que es sentirse amado. Feliz Navidad. Feliz Noche de Reyes.