Muchos suelen decir que somos lo que comemos; sin embargo, esta frase se aplica también a nuestra alma y corazón. Por lo que también es importante tener una dieta audiovisual en donde cuidemos el contenido que consumimos en las plataformas digitales y en los medios de comunicación, pues el contenido que veamos influirá en nuestra forma de pensar y actuar. En consecuencia, podríamos afirmar también: "Dime qué dieta audiovisual consumes, y te diré quién eres".
¿Cómo es una dieta audiovisual estándar?
1Hedonismo e individualismo
Los medios de comunicación nos dirigen hacia una búsqueda del placer y del éxito como principal objetivo de la vida.
2Culto al cuerpo
Siguiendo los estereotipos de belleza propuestos, la prioridad es estar fuertes, sanos y, sobre todo, tener una buena apariencia.
3Relativismo moral en materia sexual
Con exclusión de tres o cuatro prácticas tabú –zoofilia, pedofilia, necrofilia- todas las prácticas sexuales son perfectamente legítimas.
4Ideología de género y feminismo extremo
Constantemente vemos mensajes de un feminismo de corte marxista y una ideología de género que entiende la relación entre los sexos como una lucha de clases.
5Discurso ecológico, catastrofista y neomalthusiano
Este tipo de discurso ensalza la protección de los animales y, por el contrario, considera a los humanos como un cáncer en el planeta.
6Ausencia casi total de modelos de familias estables
Así como de las virtudes que de ella se desprenden, como la laboriosidad, la humildad, el esfuerzo o la sobriedad.
7Nulas referencias a la trascendencia
Más allá de los ocasionales videntes y críticas periódicas a la Iglesia y sus representantes.
Ahora bien, si consideras que esta dieta estándar, no concuerda con la dieta digital que deseas tener, es momento de ponerse manos a la obra, de lo contrario irás alimentando tu alma y corazón con esas ideas y terminarás metabolizándolas sin darte cuenta.
¿Cómo resistir y cocinar una dieta, para llegar a ser la persona que quieres ser?
Debes ser capaz de conocer las cosmovisiones que laten detrás de los productos audiovisuales mainstream. Y, cuando estas no coincidan con tu forma de ver la vida, tienes que ser capaz de explicar, con inteligencia y sentido común, dónde laten sus errores y por qué pueden resultar dañinas.
Huye del contenido basura. No porque todo el mundo vea una serie o ría los chistes de algún comediante, implica que tú tengas que hacerlo. Somos lo que consumimos, no lo olvides. Apártate del contenido nocivo, grosero, tramposo, que quiere ganarse un espacio en tu corazón, como en grupos de WhatsApp, con canales de YouTube, o series de Netflix.
Cocina tu propia dieta. Si los ingredientes mayoritarios no te gustan, tienes que empezar a buscar otros. Gracias a la tecnología de hoy en día puede ser más fácil buscar contenido de valor para nosotros y nuestras familias y en especial con los hijos.
Somos lo que comemos. Nuestro interior, nuestro corazón, se parecerá cada vez más a los modelos que nos presentan los contenidos audiovisuales que consumimos. No te olvides de formarte; huye del contenido basura y prepara tu propia dieta.