Pregunta antes “¿Qué es lo que más te gusta hacer?” y después: “¿A qué te quieres dedicar?”
Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Confucio.
Esta frase de Confucio lo deja claro. Pero, ¿cómo saber qué te gustaría hacer? Es más, ¿cómo saberlo desde pequeño? Puedes emplear distintas herramientas para valorar esta cuestión pero la que más puede ayudaros es observar cómo y con qué se apasionan nuestros hijos para así poder, en su momento, orientarlos.
Elegir un campo laboral es una las decisiones más trascendentales de nuestra vida, sin embargo, no siempre nos preparan para ello. O incluso nos pueden empujar, la familia, una situación de necesidad… a optar por un camino que no nos llena.
No todo el mundo quiere ser médico o abogado. Tampoco significa que tu trabajo tenga que ser siempre vocacional, seguro que conoces a mucha gente a la que su vida laboral le llevó por un camino diferente al que tenía trazado y sin embargo se muestra feliz con lo que hace.
En el equilibro está la clave: recuerda que pasarás muchas horas en el trabajo, con lo que intenta elegir algo que te guste. Pero cómo decía al principio de este artículo, quizá cuando lleguemos a esta reflexión, cuando leas esta líneas, tu camino ya esté iniciado.
Así que vamos a hablar de cómo ayudar a los niños a elegir ese camino. Fíjate en qué es lo que más les gusta, intentando siempre darles un amplio abanico de actividades. De todo tipo.
¿Te has fijado que se nos ofrecen cientos de juegos de niños? Y luego, de asignaturas que abarcan diferentes materias. Y de actividades extraescolares. Busca siempre que sean un hobby más que una obligación. Y dales la oportunidad de probar. Quizá en algo que no te esperes está su carrera profesional.
El trabajo es esfuerzo, ¿qué mejor que esforzarse en algo que le guste?
Si hace años los métodos en las escuelas apostaban por reforzar siempre en lo que íbamos peor, ahora, sin descuidar ese punto, se incide en profundizar en lo que se le da mejor al niño. Y ahí precisamente podemos encontrar pistas: si prefiere las ciencias, es más artístico o más comunicador. Si tienes que ayudarle más con las matemáticas, porque se le da mejor estudiar idiomas, no dejes que la mayoría del tiempo y el esfuerzo sea sólo para las matemáticas. Permite también que dedique tiempo y disfrute a eso que se le da mejor.
Otra de las grandes herramientas que cada vez potencian más los colegios es la cercanía con las profesiones. Se ofrece a los niños charlas y talleres con diferentes gremios. En algunos colegios, se trabaja incluso invitando a los padres de los alumnos a que expliquen en clase a qué se dedican. Sin duda una forma muy valiosa de que los niños puedan conocer profesiones más allá de las de sus familiares y entorno más cercano. Interésate por cómo lo hacen en el colegio de tus hijos.
A la observación de los padres, y el descubrimiento desde el colegio, podemos sumarle una herramienta científica desarrollada por el psicólogo estadounidense John L. Holland (1919-2008), quien analizó por qué determinadas personas se dedican -con gusto- a determinadas profesiones.
Según Holland existen seis tipos de personalidad, y cada una de estas personalidades encajará más y mejor en determinadas profesiones. Como todo método social, no es matemático pero permite conocer mejor por dónde podría ir la vocación de nuestros hijos y ayudar a orientarles. Los perfiles cómo veréis, no son puros. Podemos vernos en dos o tres de ellos, pero sirven como orientación.
Y tras todas estas herramientas, una que no hay que olvidar: con los niños no hay que obsesionarse con nada. Menos con localizar su vocación. Menos a día de hoy en un mundo tremendamente dinámico en el que un día trabajamos en un sector y en unos años nos reciclamos en otro diferente y volvemos a encontrar la felicidad laboral. Porque en la flexibilidad también está el secreto.