¿Usamos el azúcar como ansiolítico?
A la mayoría nos ha pasado alguna vez de lanzarnos a comer compulsivamente, un pote entero de helado, o una tableta entera de chocolate, como las mujeres protagonistas de películas norteamericanas, tras una ruptura amorosa, por estar ansiosas o angustiadas se tiran en el sillón a comer y mirar televisión.
Es frecuente que las mujeres durante el ciclo menstrual presenten mayor apetencia por alimentos ricos en carbohidratos simples (especialmente dulces, repostería, galletas, helados, chocolate…).
Según investigaciones realizadas se dice que podemos llegar a ingerir entre 500 y 1.100 calorías extra al día, que nuestro cuerpo no necesita.
Pues sí, una vez más vemos como la alimentación juega un papel importante en el sistema hormonal.
¿Cuál es la causa?
La causa científica de por qué ocurre aún es incierta. Pero una de las explicaciones de deriva de la relación entre la serotonina (neurotransmisor que regula el estado de ánimo) con el triptófano.
El triptófano, es un aminoácido esencial precursor de la serotonina y su deficiencia está relacionada con la depresión, el mismo ayuda a favorecer la síntesis de serotonina, estabilizar el estado de ánimo, a combatir la depresión y el insomnio.
Por lo que si comemos alimentos ricos en triptófano va influir directamente en la cantidad de serotonina en el plasma, en el cerebro y en el resto del organismo. Pero para el metabolismo de este aminoácido es necesario además una cantidad adecuada de vitamina B6 y magnesio.
Por otro lado, se ha relaciona con un desequilibrio hormonal entre los estrógenos y progesterona. Del mismo modo que con el estrés, factores psicológicos y socioculturales también pueden suponer su aparición o la severidad de los síntomas.
En una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Leeds (Reino Unido), a partir de una revisión de 30 estudios realizados a 37 grupos de mujeres, concluyó que existe un incremento en el consumo energético durante la fase lútea (es la tercera fase del ciclo menstrual, comienza después de la ovulación hasta el día antes de empezar con el siguiente periodo menstrual).
Además, se observó que aquellas mujeres que sufrían síntomas premenstruales más severos, o depresión eran más propensas a darse “atracones” de comida.
Pero por lo general no recurrimos a comernos una manzana, sino que vamos directo a los dulces ¿por qué?
Existe base científica de que al comer comidas dulces o altas en carbohidratos el cerebro absorbe triptófano, el precursor de los reguladores del ánimo (serotonina y dopamina) y se encuentra en interacción constante con las hormonas del ovario y catecolaminas.
Cuando la serotonina y la dopamina bajan, las catecolaminas suben; pero el estrés acaba en cuanto comemos azúcar, significa que lo usamos como un ansiolítico. Pero ese efecto de satisfacción o bienestar desaparece en un corto tiempo y muchas veces buscamos esa sensación nuevamente con otro alimento calórico.
¿Es necesario un tratamiento?
Si los síntomas son leves, basta con realizar algunos cambios en los hábitos alimentarios, pero sí son más severos es importante consultar con su médico para evaluar posible tratamiento farmacológico, o suplementos nutricionales.
Se recomienda la práctica de ejercicio físico diario 30 minutos, ya que genera endorfinas lo que ayuda a controlar el ánimo.
Un buen descanso, técnicas de respiración controlada, o de relajación también pueden ayudar.
Y llevar una alimentación saludable, equilibrada.
¿Cómo podemos manejar nuestra alimentación esos días?
El ciclo menstrual de la mujer altera, en mayor o menor medida, su actividad cotidiana o sus relaciones interpersonales, por lo tanto, es necesario buscar asesoramiento médico o nutricional si presenta síntomas que afectan su calidad de vida, porque tal vez con simples cambios en sus hábitos alimentarios ya puede sentirse mejor.