Una tragedia en una casa de comida rápida y un desenlace que te tocará lentamente el corazón Dos jóvenes trabajadores y enamorados que murieron juntos de la manera menos esperada. Lo acontecido con Alexandra Porras Inga (18) y Gabriel Campos Zapata (19) es digno de un drama romántico y ha conmocionado a Perú en las últimas horas.
Según diversas crónicas, el amor entre ambos los llevó a terminar trabajando en un mismo lugar, la popular casa de comida rápida McDonald’s en la capital Lima.
El pasado domingo, mientras realizaban labores de rutina, la joven recibió una descarga eléctrica, algo que inmediatamente motivó a su novio a intentar auxiliarla (¡salvarle la vida!). El desenlace es el ya relatado: los enamorados encontraron la muerte en un mismo lugar.
De manera inmediata, la reacción no se hizo esperar y de fondo, además de las investigaciones correspondientes, se abrían discusiones vinculadas a las condiciones laborales, aspectos que suelen se recurrentes en América Latina, más allá del tamaño de las empresas. Un tema que merece discusión aparte y también profunda reflexión, por ende, que excede esta crónica.
La casa de comida así se expresó:
— McDonald's Perú (@McDonalds_PER) December 17, 2019
“¡Ni la muerte pudo con ustedes!”
Pero volvamos un instante a estos jóvenes, que perfectamente podrían ser hijos, hermanos o nietos de cualquiera que esté leyendo estas líneas. Verlos juntos generaba esperanza y simpatía. Pasar más tiempo uno al lado del otro sin descuidar sus objetivos era el mayor anhelo, relata Perú 21.
El amor comenzó mientras estudiaban en un colegio de La Perla. Luego de una entusiasta amistad, prosigue el medio, ambos pudieron consolidar un vínculo afectuoso que derivó en el firme propósito de planificar el futuro juntos.
Las ganancias eran limitadas, pero para nada obstáculo para soñar en grande y apostar a trabajar en un mismo lugar contra viento y marea. Alexandra aceptó aquella “loca” idea y efectivamente el trabajo también los vincularía más.
Lo que sucedió, la muerte de estos dos enamorados, sacudió a todos, especialmente a la familia.
En ese sentido, uno de los mensajes más conmovedores llegó de parte de una hermana de Alexandra, de nombre Gabriella (hasta casi parecido al de su amado), quien expresó lo siguiente a través de redes sociales:
“Que bonita historia de amor, dicen que juntos hasta que la muerte los separe y ni la muerte pudo con ustedes dos”.
Pero antes comenzaba afirmando esto otro:
“En mi vida me habría preparado para tanto dolor. Hoy me arrancan una parte del corazón, hoy se llevan parte de mi vida, mi niña, la de la sonrisa bonita, mi compañera de vida, mi hermana, te he amado, te amo y te voy amar por siempre, prometo nunca olvidarte y siempre llevarte conmigo para todos lados, en cada pensamiento”.
“El cielo está de fiesta porque suben dos personas increíbles, especiales y únicas, pero mi corazón llora y se desmorona al pensar que ya no están aquí, desde donde quiera que estén, ayúdenme a poder superar este dolor, tener tranquilidad, paz,seguir adelante y poder entender a Dios”.
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Sin lugar a dudas una historia cargada de emoción, tristeza. ¡Acaso hasta tú no interpelarías a Dios! La respuesta forma parte de un verdadero misterio. El consuelo está en saber –a la luz de este suceso de actualidad que bien puedes leer de manera fría en cualquier medio de comunicación- qué Él sabe más y que el ejemplo de entrega de estos jóvenes no quedará en el suelo, pues la misericordia y el amor siempre triunfan.
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