El juego es un momento fundamental que ayuda a desarrollar la amistad y la solidaridad.
Franco Artese, maestro pesebrista, dice que, muy a menudo, se olvida el juego incluso en la familia. Por eso lo incluye en su pesebre.
Los niños son los maestros del juego, de la inocencia, del saber divertirse. No en vano dice el Evangelio:
"Si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos".
El juego en el pesebre recuerda la importancia de la inocencia, del saber gozar, del saber vivir. Contemplar a Jesús bebé que también habrá jugado en su infancia.
No te pierdas esta bella obra de arte de Franco Artese. Sus secretos, sus recovecos, sus personajes y la profundidad que encarnan.