El Pontífice ante el Secretario de la ONU, António Guterres, envió un mensaje al mundo: “Clama a Dios el uso de la religión para incitar al odio”.“La Navidad, en su genuina sencillez, nos recuerda que lo cuenta verdaderamente en la vida es el amor”, dijo el Papa Francisco durante un video-mensaje grabado tras la audiencia privada concedida al Secretario de las Naciones Unidas, António Guterres, este viernes 20 de diciembre de 2019 en el Vaticano.
“Damos gracias por todo el bien que hay en el mundo, y por todos aquellos que se comprometen gratuitamente, por quienes gastan su vida en servir, por quienes no se rinden y tratan de construir una sociedad más humana y más justa”, afirmó el líder de la Iglesia católica.
En los días previos a la Navidad, el Papa Francisco sostuvo que “son días en los que nuestras miradas se dirigen al cielo para encomendar a Dios las personas y las situaciones que más nos tocan el corazón. En esta mirada nos reconocemos hijos de un único Padre, hermanos”.
El Papa aprovechó la visita de Guterres, político, ingeniero físico y profesor portugués que desde el 1 de enero de 2017 es el secretario general de las Naciones Unidas, para mover las consciencias y llamar a las personas a “no mirar para otro lado” ante cualquier tipo de abuso, las injusticias, las desigualdades, el escándalo del hambre, la pobreza, los abusos contra niños, la falta de agua y comida.
El vídeo-mensaje, inédito en su forma, con el fondo escénico de la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, se coloca en proximidad del 75o aniversario de esa Organización.
“Lo sabemos, no podemos salvarnos solos”, afirmó el Papa, pero que no se resigna a la globalización de la indiferencia.
“No podemos mirar para otro lado ante cualquier tipo de abuso contra los más pequeños. Debemos combatir todos juntos esta plaga.
No podemos cerrar los ojos ante nuestros hermanos que, por causa de los conflictos y de la violencia, de la miseria o de los cambios climáticos, dejan sus países y, a menudo, van al encuentro de un triste destino.
No podemos permanecer indiferentes ante la dignidad humana pisoteada y explotada, a los ataques contra la vida humana, sea la que todavía no ha nacido sea la de que cualquier persona necesitada de cuidados.
No podemos, ni debemos mirar a otro lado cuando en muchas partes del mundo los creyentes de distintas confesiones religiosas son perseguidos”, afirmó.
Como lo hizo en la “Declaración por la Fraternidad Universal”, el Papa reiteró: “Clama a Dios el uso de la religión para incitar al odio, a la violencia, a la opresión, al extremismo y al fanatismo ciego, así como usarla para obligar al exilio o la marginación”.
Asimismo, volvió lanzar un mensaje a la humanidad contra la carrera armamentista y el rearme nuclear, tras su visita del mes pasado a las ciudades de Japón escenarios de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki.
“Es inmoral no sólo el uso sino también la posesión de armas nucleares, las cuales tienen una capacidad destructiva tal, que incluso el mero peligro de un accidente representa una oscura amenaza para la humanidad”.
“No permanezcamos indiferentes ante las numerosas guerras que todavía se combaten y que ven morir a tantos inocentes.
La confianza en el diálogo entre las personas y entre las naciones, en el multilateralismo, en el papel de las organizaciones internacionales, en la diplomacia como instrumento para la comprensión y el entendimiento, es indispensable para construir un mundo pacífico”.
El Pontífice parado al lado de António Guterres, secretario ONU, invitó en Navidad a las personas a “reconocerse miembros de una única humanidad y cuidar nuestra tierra que, generación tras generación, nos ha sido confiada por Dios en custodia para que la cultivemos y la dejemos en herencia a nuestros hijos”.
El Pontífice invitó a escuchar la voz de tantos jóvenes que invitan “tomar conciencia de lo que esta sucediendo hoy en el mundo” y piden a los adultos “que seamos sembradores de paz y constructores, juntos y no solos, de una civilización más humana y más justa”.
“El compromiso para reducir las emisiones contaminantes y por una ecología integral es urgente y necesario: hagamos algo antes que sea demasiado tarde”, afirmó.
Migración y la trata de personas, el cambio climático y el desarme
También, esta mañana, António Guterres, se encontró sucesivamente con el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, a quien acompañaba mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.
El Vaticano sostuvo que durante el encuentro se expresó la consideración de la Santa Sede por el compromiso de las Naciones Unidas con la paz mundial.
Posteriormente se habló del proceso de actuación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la crisis del multilateralismo, particularmente evidente debido a las dificultades de gestionar algunos problemas actuales, como la migración y la trata de personas, el cambio climático y el desarme.
La conversación continuó tratando también algunas situaciones de conflicto, inestabilidad social y graves emergencias humanitarias, informó la oficina de prensa de la Santa Sede.