“¡Una feliz y bendecida Navidad para todos, desde la Iglesia de Santa Ana y sus feligreses!”,Acostumbrados, como estamos los católicos, a tomar agua bendita al entrar o al salir de un templo, se nos hace muy raro –rarísimo—que ésta agua (que es un sacramental de la Iglesia) baje del cielo.
Menos aún nos parecería lógico que un buen día, cercana la Navidad, bajara desde el cielo, o más bien desde las compuertas de un avión utilizado para fumigar cultivos que sobrevuele el espacio del territorio parroquial.
Eso fue lo que sucedió en la pequeña comunidad de Cow Island, en el Estado sureño de Luisiana (Estados Unidos) el pasado 21 de diciembre, fruto de la idea la joven misionera, oriunda del lugar aunque trabajando en Ohio, L’Eryn Detraz (23 años).
Rociar a la comunidad
Cow Island se encuentra a unos 48 kilómetros al sureste de Lafayette, una de las ciudades emblemática de Luisiana, antiguo territorio francés.
Actualmente es un típico enclave sureño de Estados Unidos, una población agrícola cuya parroquia de Santa Ana (perteneciente a la diócesis de Lafayette) fue la encargada de hacer la bendición del agua que roció la tarde del 21 a toda la comunidad.
Los feligreses de la Iglesia de Santa Ana trajeron agua de sus casas para ser bendecida por el párroco de la localidad, Matthew Barzare, antes de que fuera cargado el líquido –alrededor de 35 litros– en un avión y distribuidos por un piloto fumigador.
“¡Una feliz y bendecida Navidad para todos, desde la Iglesia de Santa Ana y sus feligreses!”, decía el comunicado de la diócesis de Lafayette mediante el cual se explicaba la inusual acción de un avión fumigador pasando por encima de las casas de los habitantes de la zona.
Un don espiritual para los residentes
Al padre Barzare y a la misionera Detraz se unieron setenta feligreses para coordinarse y rociar agua bendita sobre la comunidad no incorporada a la parroquia y las granjas cercanas.
Los 35 litros de agua bendecidos en su momento por Padre Barzare, se usaron “para dar el don espiritual a los residentes”. La parroquia, una escuela y otros lugares importantes en Cow Island recibieron un chorro de agua bendita como regalo de Navidad.
“Es una de esas formas de pedir la bendición de Dios sobre nuestra comunidad, sobre nuestra tierra. Estamos muy atados a nuestra tierra en Luisiana”, dijo el padre Barzare, de 32 años, a Catholic News Service.
Por su parte, el servicio de fumigaciones contratado para rociar el territorio de Cow Island, prefirió permanecer en el anonimato. No es un lugar, Luisiana, donde el catolicismo sea preponderante, sino, más bien el protestantismo y las religiones afroamericanas.
Unidos a la bendición de los cultivos
Los feligreses de la comunidad de la diócesis de Lafayette proporcionaron el agua de sus hogares y otras fuentes y el Padre Barzare bendijo sus contribuciones tras una Misa y un servicio de oración en la parroquia de Santa Ana.
El proyecto tomó un par de meses para organizarse y el momento del vuelo coincidió con tiempo en el cual los sacerdotes tradicionalmente bendicen las tierras de cultivo en el sur de Luisiana.
Los agricultores cultivan trigo, arroz y caña de azúcar en la temporada de crecimiento y usan la tierra para cultivar cangrejos de río a partir del otoño en Acción de Gracias, dijo el padre Barzare.
El sacerdote –quien aseguró que los tanques del avión estaban limpios de los químicos usados para fumigar los cultivos– no espera que la bendición sea un evento único y dice: “Queremos hacerlo anualmente”.
Con información de Catholic News Service y CNN