La obra maestra fue descubierta en casa de una anciana, se subastó y superó los 24 millones de euros. Hoy el Estado francés la retiene y se plantea exhibirla en el Louvre.El “Cristo burlado” es el claro ejemplo del interés que la pintura religiosa sigue despertando. En este caso se trata de una pieza del maestro italiano Cimabue, del Prerrenacimiento y su periplo es digno de una película.
El “Cristo burlado” apareció el año pasado en la casa de una anciana, en la localidad de Compiègne, al norte de París (Francia). Estaba colgado de una pared y su dueña creía que se trataba de un icono de poco valor. Lo veía muchas veces cada día, porque estaba en un pasillo entre la cocina y el comedor.
La anciana tuvo que trasladarse y fueron sus familiares quienes pusieron a la venta el inmueble y su contenido: mesas, sillas, tapetes, jarrones… y aquella pintura que había pasado sin pena ni gloria pero por la que la anciana mostraba cierta devoción al Cristo.
Una pieza de arte excepcional
La empresa que se hizo cargo del vaciado de la casa puso en manos de una experta la valoración de la pintura. Y fue entonces cuando se produjo la sorpresa: se trataba de una obra maestra de un primitivo renacentista. Concretamente, se atribuyó a Cimabue, el iniciador del Trecento, de quien se conocen obras tan importantes como el Crucifijo de Arezzo o la Majestad que se exhibe hoy en el Museo del Louvre de París.
En cuanto al “Cristo burlado”, se averiguó que forma parte de un conjunto de escenas sobre la Pasión de Cristo: de ellas se conserva la “Pasión“, que posee la colección Frick de Nueva York, y una imagen de la Virgen que está en la National Gallery de Londres.
Comprada por unos coleccionistas chilenos
La obra salió a subasta el pasado mes de noviembre y batió el récord: se pagaron por ella más de 24 millones de euros. El comprador era la pareja de coleccionistas chilenos Álvaro Soaeh y Ana Guzmán, propietarios de la colección privada Alana, que reúne maestros de la pintura italiana y precisamente se exhibe en el museo Jacquemart-André de París hasta el próximo día 20 de enero.
Pero el último giro de guion lo acaba de dar el Estado francés. Dos días antes de Navidad, Francia vetó la salida del “Cristo burlado” de sus fronteras y se negó a darle el certificado que permite su exportación.
Ha pasado a ser “Tesoro Nacional” de Francia
Al mismo tiempo, el ministerio de Cultura francés ha otorgado a la obra el carácter de Tesoro Nacional por un periodo de 30 meses.
En este tiempo, el Gobierno francés se planteará cómo reunir los fondos necesarios para pagar los 24 millones de euros y decidirá su ubicación. Todo apunta a que Francia está interesada en exhibir la obra en el Museo del Louvre. El final de la historia llegará antes de julio de 2022.
Te puede interesar:
El poema navideño perdido de Tolkien a la Virgen María
Te puede interesar:
La excepcional pintora de batallas que se convirtió al catolicismo
Te puede interesar:
Qué es el Pan de san Antonio (de Padua) o El Pan de los Pobres