Audiencia general en el Vaticano, el Pontífice concluyó hoy el ciclo de catequesis sobre el libro de los Hechos de los Apóstoles. El papa Francisco pidió que la Iglesia tenga evangelizadores valientes durante la audiencia general de este miércoles 15 de enero de 2020 en el Aula Pablo VI del Vaticano.
“Pidamos al Espíritu Santo que estimule en todos nosotros la llamada a ser evangelizadores valientes y decididos para que, como san Pablo, vivamos la alegría del Evangelio y convirtamos nuestros hogares en cenáculos de fraternidad abiertos a todos los hermanos”, afirmó el Papa.
Francisco centró la catequesis sobre el libro de los Hechos de los Apóstoles que narra el encarcelamiento del apóstol Pablo en Roma y la fecundidad del anuncio.
El Obispo de Roma que, en más de una oportunidad, ha pedido una Iglesia de puertas abierta, afirmó: “la casa romana del Apóstol, abierta a todos los que buscaban y querían recibir el anuncio del reino y conocer a Jesús, es imagen de la Iglesia”.
Insistió, que la Iglesia “no obstante perseguida, incomprendida y encadenada, no se cansa de acoger con corazón de madre a todo hombre y mujer, para anunciarles el amor del Padre que se hizo visible en Jesús”.
Así reflexionó sobre la última etapa misionera de san Pablo en Roma, “a donde llega después de un largo viaje, lleno de amenazas y de peligros, pero también de la hospitalidad de los cristianos y de la consolación del Señor”.
Remarcó que el encarcelamiento de Pablo en Roma es también “el viaje del Evangelio”, y que, sucesivamente, se “extenderá al mundo entero”.
En Roma, aun siendo prisionero, “Pablo recibió de la autoridad el beneficio de vivir por cuenta propia, en una casa particular, “bajo custodia militar”. Esta situación le permitía recibir libremente a todos los que venían a encontrarlo, a quienes anunciaba el Reino de Dios e instruía en el conocimiento de Cristo Jesús”.
“Entre ellos había también algunos judíos, a quienes trataba de mostrar, a partir de la Ley y los Profetas, la continuidad entre la ‘esperanza de Israel’ y la novedad de Cristo, en quien Dios cumplió sus promesas al Pueblo elegido”, añadió.
El Pontífice explicó que el libro de los Hechos de los Apóstoles no se cierran con el martirio de Pablo, sino “con la siembra abundante de la Palabra de Dios”.
La audiencia terminó con la oración del Padre Nuestro y la bendición apostólica.