En San Valentin, recordemos que el verdadero amor “debe llevar a hacer el bien (…), a ensuciarte las manos en las obras de amor”. Es una mentira como flores de plástico, el amor que odia y maltrata al otro.La devoción popular considera a San Valentin, el santo de los enamorados, mártir, murió en Roma, según el Martirologio. Sí, es verdad que los centros comerciales hacen caja cada 14 de febrero en su nombre, pero el amor sigue siendo una fiesta para celebrar todos los días del año.
El Papa dice que el jardín de los afectos marchita sí se riega con agua ‘destilada’, pues el verdadero amor es el “agua de todos los días…con los problemas, con los sentimientos, con los amores y con los odios”.
El amor es concreto. “No es un amor de laboratorio”, crece a través de gestos de amor real y cotidianos, al igual que se riegan las flores de un jardín.
Son muchos los consejos del Papa en las Audiencias Generales (Galería)
El sabor insípido de la indiferencia, es el preludio al sentimiento artificial, aquel incapaz de involucrase en la vida y en los problemas de los otros, postizo a manera de plantar flores de plástico y regarlas con agua destilada.
Francisco cita una expresión de San Alberto Hurtado que decía: “No hacer el mal es bueno; pero no hacer el bien, es malo”. El verdadero amor “debe llevar a hacer el bien (…), a ensuciarte las manos en las obras de amor” (Homilía de Santa Marta, 10 de enero de 2020).
Cierto, no es fácil, advierte Francisco, “pero a través del camino de la fe existe la posibilidad de superar el mundo, la mentalidad del mundo “que nos impide amar”.
No hay recién casados que no quieran ir a ver al Papa (Galería)
Este es el camino, “aquí no entran los indiferentes, los que se lavan las manos de los problemas”, los que no quieren ayudar, “para hacer el bien; no entran los falsos místicos, los de corazón destilado como el agua, que dicen que aman a Dios pero prescinden de amar al prójimo” (Ídem).
En San Valentin, persista la valentía de amar verdaderamente a pesar de los defectos, los males, las dificultades y las pruebas. Sin olvidar que el principio del amor viene de Dios y podemos amar porque “Él nos amó primero”. Es una mentira como flores de plástico, el amor que odia y maltrata al otro. ¡Feliz San Valentin!