Roma también tiene una momia como los egipcios, y es una niñaLa llaman la momia de Grottarossa porque es el lugar dónde fue encontrada en el 1964, al norte de Roma. Fue encontrada por casualidad mientras se excavaba para construir un edificio, y los obreros al encontrar el cuerpo llamaron inmediatamente a la policía, creyendo que se tratase de un delito actual.
Cuando llegaron la policía científica se dieron cuenta que en realidad habían encontrado un tesoro arqueológico.
Inmediatamente fue causa de numerosos estudios y análisis científicos que revelaron que la momia se trataba de una niña de 8 años del siglo II, muy bien conservada dentro de su sarcófago de mármol gracias a que fue enterrada con bastante profundidad y recubierta por toba volcánica.
Su cuerpo estaba recubierto por vendajes de lino impregnados con sustancias olorosas y resinosas como la usanza egipcia, y rara vez atestiguada en Roma. Esto era quizás porque su familia se habría convertido al culto de la diosa Isis.
La niña, según los análisis realizados, habría sufrido de varias infecciones que le habrían producido deficiencias nutricionales y una pleuritis que causó su muerte.
Este hallazgo fue importantísimo para los romanos, porque a través de ella se pudo conocer más sobre el comercio realizado en aquella época.
La niña estaba vestida con una fina túnica de seda que provenía de la china, poseía un rico collar de oro con zafiros del Sri Lanka, junto a ella se encontraron algunos frascos porta maquillajes de ámbar que provenían del báltico, sin dudas la primera globalización se podría decir que fue en Roma.
También acompañaban a la pequeña una muñeca con brazos y piernas articulados, sin dudas una auténtica Barbie de la época, que quizás era su juguete preferido o una diosa puesta allí para acompañarla en su viaje al más allá.
El sarcófago que la contenía es de mármol de carrara, ricamente esculpido. Decorado con máscaras en las esquinas y representa escenas de caza de ciervos inspiradas en el episodio de Eneas y Dido, descrito en el cuarto libro de Eneida.
Sin dudas la niña provenía de una familia adinerada de Roma, y que amaba tanto a su niña de querer hacerla eterna momificándola.
La momia de Grottarossa se encuentra visible a todos los visitadores en el Museo Nacional de Roma, cerca de la Terminal de trenes, y pronto se volvió tan querida para los romanos que el famoso artista callejero de la ciudad “Solo”, le dedicó una obra.