Lejos de una película de terror, este registro captado por una base ucraniana no ha dejado de llamar la atención “¿La Antártida se tiñe de sangre?”. Tal vez uno de los titulares más comunes luego de ver esta particular imagen. Palabras como espeluznante, terrorífica o simplemente “nieve de sangre” se han colado a través de las redes y medios de comunicación en los últimos días.
Un post en Facebook del Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania fue el encargado de desatar el “pánico”.
Lo cierto, más allá de la impactante imagen de ver el hielo con rayas rojas y visiblemente teñido, es que no se trata de un fenómeno novedoso y está vinculado a un tipo de alga de nombre Chlamydomonas Chlamydomonas nivalis, habitual en lugares de fríos extremos.
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Una de las tantas encargadas de explicar esto ha sido la doctora en Física y especialista española Mar Gómez a través de una conversación didáctica en Twitter que vale la pena reproducir a continuación y en el que entre otras cosas señala: “La explicación en esta curiosa coloración roja se debe a la floración de miles de algas unicelulares llamadas Chlamydomonas nivalis, que contienen caroteno rojo (astaxantina) para protegerse de la radiación ultravioleta”
⚡️ “¿Qué ha causado que la nieve se vuelva rosa en la Antártida?”https://t.co/odj7wb9Joe
— Mar Gómez (@MarGomezH) February 26, 2020
SLa explicación en esta curiosa coloración roja se debe a la floración de miles de algas unicelulares llamadas Chlamydomonas nivalis, que contienen caroteno rojo (astaxantina) para protegerse de la radiación ultravioleta. pic.twitter.com/hv2FrglCo6
— Mar Gómez (@MarGomezH) February 26, 2020
Esta sustancia actúa a modo de filtro solar, protegiendo al alga de las temidas radiaciones ultravioletas, pero permitiendo el paso de otras longitudes de onda necesarias para realizar la fotosíntesis. (📸Biólogo Andriy Zotov / Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania) pic.twitter.com/zFUmlOGqaA
— Mar Gómez (@MarGomezH) February 26, 2020
No es el único tipo de alga capaz de sobrevivir a temperaturas muy frías, hay unos 350 tipos diferentes capaces de hacerlo. Algunas de ellas pueden teñir la nieve de color negro, marrón o amarillo.
— Mar Gómez (@MarGomezH) February 26, 2020
No es nada novedoso ya que ya Aristóteles (348-322 a.C) en sus tratados sobre la Naturaleza (Parva naturalia) hacía referencias a este tipo de nieve. pic.twitter.com/h9oadEHxal
— Mar Gómez (@MarGomezH) February 26, 2020
Al ocupar parte de esta nieve de un color que no es el blanco, se reduce esa capacidad de reflejar la radiación solar al exterior y puede contribuir a un aumento del cambio climático.
— Mar Gómez (@MarGomezH) February 26, 2020
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