Los visitantes del Monasterio Santo Ecce Homo, en Colombia, pueden obtener indulgencia plenaria gracias al año jubilar decretado por los 400 años de su fundaciónUn verdadero monumento al silencio es el Monasterio del Santo Ecce Homo, fundado hace 400 años en una región desértica de la cordillera oriental colombiana. Nació como centro doctrinero durante la época colonial y sus guardianes, los frailes dominicos, lo han conservado como lugar de espiritualidad, meditación y contemplación.
El monasterio está ubicado en el departamento de Boyacá, cerca al Santuario de la Virgen de Chiquinquirá, y tiene gran importancia histórica, religiosa y cultural. Fue fundado el Domingo de Ramos del año 1620 y el próximo 15 de marzo se celebrarán de manera especial los cuatro siglos de existencia de este remanso de paz.
“He aquí al hombre”
Por ese entonces, la Orden de Predicadores o Dominicos evangelizaba esas tierras pobladas por pueblos indígenas, muchos de los cuales ya desaparecieron. Después de trasegar durante muchos años, buscaban un sitio tranquilo donde asentarse, que sirviera de descanso para el alma y el cuerpo y recibieron en donación la estancia de propiedad del capitán español Juan de Mayorga Salazar, quien administraba varias encomiendas (institución implementada por los españoles durante la colonización en América, en la que se entregaba un grupo de indios a un español para que los educara y evangelizara).
En la capilla del lugar, el capitán Mayorga había colocado una imagen de Ecce Homo que a su vez había traído de Roma, pues él participó en el célebre saqueo a esa ciudad en 1527.
“Ecce Homo significa ‘he aquí al hombre’, palabras de Pilatos cuando presentó a Jesús al pueblo antes de que lo crucificaran. Entonces el Ecce Homo es Jesús, la palabra santo se le agregó por darle un calificativo al sitio”, explica fray Jaime Monsalve, síndico de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia y administrador del Monasterio.
La imagen que le dio nombre al lugar es una pintura al óleo atribuida al renacentista Vecelli, que representa a Cristo sangrando, coronado de espinas, con la soga al cuello y una caña en la mano derecha. Curiosamente allí se encuentra una réplica porque la obra original está en la iglesia de Sutamarchán, población cercana, a donde fue llevada en 1909 después de que desvalijaran la capilla.
“Su papel protagónico durante la Colonia se explica, primero, por su misión al servicio de la Iglesia y la propagación de la fe; en segundo lugar, por su vocación pedagógica, puesto que desde sus inicios fundó y sostuvo una escuela gratuita de enseñanza pública por más de 250 años ininterrumpidos. En tercer lugar, por su arraigo cultural y patrimonial para los colombianos, es referente histórico para los estudiosos de la arquitectura colonial y las influencias mudéjar-toscana en su estilo. Por último, por su influencia en el desarrollo de un sin número de investigaciones arqueológicas, astronómicas y antropológicas en el entorno”, explicó la licenciada Laura Vargas, de la comisión de los 400 Años del Ecce Homo.
Monumento Nacional
El Ecce Homo fue testigo de los principales hechos de la Colonia así como de las luchas por la independencia, por allí pasaban viajeros, comerciantes, tropas de españoles y criollos. También fue subastado, saqueado y profanado varias veces y los dominicos fueron expulsados y traídos de vuelta en más de una ocasión.
La construcción del conjunto arquitectónico –integrado por el templo, el claustro y el cementerio– tardó más de 40 años, así como las reconstrucciones que fueron necesarias y el proceso restauración a que tuvo que ser sometido a finales del siglo pasado, época en la cual la edificación fue declarada Monumento Nacional por el gobierno colombiano, por su importancia arquitectónica y cultural.
El sacerdote Monsalve cuenta que actualmente se atiende el culto cada domingo, también celebran bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y matrimonios y en los tiempos de celebraciones grandes como Semana Santa y Navidad allí se viven todas las actividades y ritos propios de la época.
Por su parte, Laura Vargas explica que el monasterio es un lugar propicio para realizar retiros espirituales y convivencias en un ambiente de silencio y “en lo que era el claustro antiguo, se encuentran varias salas que conforman una sala de exposición permanente. Además cuenta con un lugar para recepciones, restaurante, hospedaje y zona de camping”.
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Indulgencia plenaria
El papa Francisco declaró año jubilar por este importante acontecimiento religioso del 20 de enero de 2020 al 20 de enero de 2021, tiempo durante el cual se ofrecerá indulgencia plenaria a los feligreses que acudan devotamente al Monasterio del Ecce Homo, se confiesen, comulguen y oren por las intenciones del Sumo Pontífice.
El pasado 20 de enero hubo una gran celebración por ser el día dedicado a recordar a Santo Ecce Homo, pero la más importante será el próximo 15 de marzo, día exacto de la fundación. Para la víspera se han organizado actividades culturales y durante ese día se recibirán romerías de peregrinos, así como en la próxima Semana Santa cuando llegarán miles de devotos a pedir y agradecer al santo los favores recibidos, al igual que los antiguos pobladores de la zona cuando las plagas acababan con sus trigales y acudían al monasterio en busca de un milagro para salvar la cosecha.
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