Muchas cuestiones como el Coronavirus o las elecciones en EEUU han vuelto a traer al debate la posibilidad de regular las noticias falsasEn su “Consultorio ético” el pasado 20 de septiembre de 2019, la Fundación Gabo, en honor del escritor colombiano Gabriel García Márquez, recibió una consulta enviada por Jacsson Mauro Pincay Alejandro, estudiante de La Libertad, Ecuador.
La consulta decía: “Acerca de las ‘fake news’, ¿cree pertinente crear un plan o estrategia para regular este tipo de contenido o por qué no se puede hacer esta actividad?”
Cuatro especialistas de la propia Fundación, entre ellos el malogrado Javier Darío Restrepo, dieron su punto de vista, contestando la inquietud del estudiante ecuatoriano y de miles de personas en el mundo que se preguntan lo mismo.
“Industria” de noticias falsas
Para Gumersindo Lafuente resulta “imposible regular sobre este asunto, más allá de los códigos legales o los acuerdos éticos de las organizaciones periodísticas”.
En opinión del director de la Fundación es el periodista quien debe comprobar, comprobar y volver a comprobar las historias antes de publicarlas y nunca convertirse en un mero amplificador de falsedades”.
Por su parte, Mónica González, reconocida periodista chilena afirmó que las noticias falsas son muy antiguas, pero la diferencia estriba en que hoy existe una industria de noticias falsas como lo demostró la elección en Brasil de Jair Bolsonaro.
Esto representa una amenaza para la democracia, “ya que su objetivo es intoxicar a los ciudadanos con información falsa para manipular su voto y sus decisiones estratégicas; y un enorme desafío para los periodistas”.
Desde el punto de vista de González, es posible una nueva regulación del Estado a través de leyes y observatorios, como los que se crearon para perfeccionar el acceso a la información.
Sin embargo, acotó, son los propios periodistas “los que debemos ser más rigurosos que antes en la debida verificación de la fuente de una información, para detectar noticias falsas y alertar a los ciudadanos”.
La mentira no se regula, se elimina
Álex Grijelmo, columnista (y autor del Manuel de Estilo) del periódico español El País, respondió que “la única estrategia” que tiene el lector en contra de las noticias falsas “consiste en verificar toda la información que obtenemos y en no conformarse con lo primero que nos cuentan”.
En su opinión, “hay que encontrar fuentes adicionales y permitir a aquellas personas perjudicadas por una noticia que se defiendan de las eventuales acusaciones”.
Finalmente, Javier Darío Restrepo, experto en ética periodística, catedrático de la Universidad de Los Andes y reconocido conferencista en este tema subrayó que “las noticias falsas no se regulan, se eliminan, porque no tienen cabida en el periodismo decente”.
Por fortuna –dijo Restrepo en una de sus últimas respuestas antes de fallecer– han cundido en el mundo periodístico las iniciativas para la eliminación de la falsedad
“No hay, por tanto, transigencia posible con la falsedad. No se admite por ninguna razón en el ejercicio profesional, ni se la tolera en la vida pública. Por eso es y será frecuente que tanto como se denuncia la corrupción de funcionarios y políticos, se pongan en evidencia sus mentiras, especialmente las que se esgrimen como armas de uso común en campañas electorales”.
Y terminó diciendo algo que debería estar en el frontispicio de toda academia y en el corazón de toda la profesión periodística: “La mentira no se regula, se elimina”.