Se puede decir que la basílica de san Pedro es prácticamente también un mausoleo donde se encuentra los restos de casi todos los papas; con la excepción de alguno que se encuentra en otra basílica.
Pero curiosamente, también se encuentran enterradas en las Grutas Vaticanas, tres mujeres que ni siquiera son ni santas, ni religiosas. Son tres reinas laicas: Cristina de Suecia, Matilde de Canosa y María Clementina Sobieska. Se las honra dentro de la basílica con importantes monumentos escultóricos.
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Cristina de Suecia
La reina Cristina de Suecia, fue un emblema en su tiempo, en la época de la Reforma Protestante, ya que se convirtió al cristianismo siendo una gran victoria para la Iglesia.
También fue un símbolo de libertad intelectual para las mujeres de su tiempo. El autor de su magnífica escultura es Carlo Fontana.
Matilde de Canossa
En cambio fue Bernini a honorar la reina Matilde de Canossa con su obra dedicada a ella y denominada “Honor y Gloria de Italia”.
Matilde fue una poderosa señora feudal y ardiente sostenedora del papado en la lucha por las investiduras. Mujer de fuerza extraordinaria y gran capacidad de mando en una época en la que las mujeres no solían estar al mando.
Los hagiógrafos de aquellos tiempos la consideraban una campeona de la fe que llegó a dominar todos los territorios italianos al norte de los Estados Pontificios.
María Clementina Sobieska
María Clementina Sobieska, fue la nieta del rey de Polonia casada con uno de los aspirantes al trono de Inglaterra. Y se encontró en medio de la lucha entre católicos y protestantes por el trono inglés, defendiendo siempre la fe católica.
A tal punto se complicaron las cosas que el papa Clemente XI tuvo que darle protección y asilo a ella y a su esposo en Roma.
Por su heroísmo y ejemplo de fe, estas mujeres fueron premiadas con un premio de honor al lado de los papas en uno de los lugares más importantes para el catolicismo.