Gracias a un crucifijo que perteneció al beato Francisco Javier Seelos, Carson Joseph sobrevivió a una hemorragia cerebral y volvió a casa
Cuando Carson Joseph nació a principios de marzo de 2019, los médicos le dieron al chico unas pocas horas de vida. Había llegado al mundo después de un parto difícil y con un tono azulado de piel; después de examinarlo, los médicos concluyeron que había sufrido daño neurológico y también una hemorragia cerebral.
Para alarma de todos, el bebé también pasó de 2,5 a 3,5 kilos y una hinchazón bloqueó sus oídos, por lo que el equipo médico aconsejó a los padres que avisaran a los familiares para advertirles de que su hijo no pasaría de esa noche.
Después de haber vivido dos abortos naturales, los padres se consagraron a Dios en sus oraciones, según informó el diario Daily Mail.
En mitad de la noche, la familia recibió la visita de un extraño, el juez Dennis Waldron, que dijo unas oraciones por el pequeño y lo tocó con un crucifijo.
Increíblemente, al día siguiente el pequeño Carson estaba mejorando y respirando por sí mismo. Una nueva resonancia magnética desveló que no había signo de daño neurológico y solo 14 días después el recién nacido dejaba el hospital para irse a casa.
Los padres de Carson, Michelle y Brandon, describen la radical mejoría de la salud de su hijo como un milagro.
La Iglesia católica investiga ahora el caso, dado que el crucifijo con el que Waldron —que es voluntario en un centro nombrado en honor del beato Francisco Javier Seelos, un sacerdote misionero que murió cuidando de los enfermos en Nueva Orleans en el siglo XIX— tocó al bebé era en realidad el crucifijo que el padre Seelos utilizó durante su obra ministerial.
Mientras la Iglesia realiza su investigación, el bebé Carson prospera felizmente con sus ya ocho meses de edad. ¡Todo un milagro en miniatura!