Caminó ocho kilómetros para lograr que su familia no se muera de hambre, otro de los dramas colaterales del Covid-19 en América Latina Desde una zona en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) llamada Virgen de Luján hasta el área de la avenida Cristo Redentor. Luis Marcelo tomó coraje y se emprendió camino. Pero su viaje no tenía un componente religioso, pues en realidad su “peregrinación” tenía otro firme propósito: lograr alimentar a sus siete hermanos en el medio del confinamiento desatado por la pandemia del coronavirus.
Por estas horas muchos saludan y empatizan con la actitud de este pequeño héroe, quien luego de enterarse que una fundación llamada Calentando Corazones había estado entregando canastas para familias vulnerables, lo único que buscó fue salir a encontrar ayuda.
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La historia de Luis Marcelo (11) es recogida por El Deber y deja de manifiesto un drama colateral vinculada al avance de la pandemia del coronavirus tanto en Bolivia como en el resto de América Latina.
Es que los padres de Luis Marcelo (un albañil desempleado y una ama de casa) también se están esforzando por darle de comer a sus ocho hijos saliendo a pedir dinero, pero hasta ahora no ha sido tan fácil debido a las disposiciones locales que impiden salir de los hogares (se han establecido bonos de ayuda para este tipo de situaciones, aunque muchos aún no llegan).
Pero Luis Marcelo no pudo esperar más. “Hace tres días que no comemos”, dijo el niño, prosigue el medio local. Y Luis Marcelo llegó justo a tiempo hasta las puertas de la fundación para hacer efectiva su misión.
“Estuvimos comiendo huevo con arroz, pero hace tres días se acabó (…) “Tenía miedo de que alguna patrulla me agarrara por salir a la calle”, dice el niño, quien caminó a lo largo de tres horas en medio de situaciones incómodas.
Posteriormente, desde la propia fundación se difundió a través de las redes sociales el gesto de Luis Marcelo, algo que en definitiva tocó los corazones de muchos y al poco tiempo la ayuda comenzó a llegar.
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Gracias a este niño peregrino, una familia numerosa volvió a comer luego de varios días de privaciones. De fondo una vez más la esperanza en medio del caos, la incertidumbre. La otra cara, no menos dura, de los efectos del coronavirus en América Latina, donde la pobreza y los empleos informales juegan en contra de los planes más exhaustivos y eficaces.
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Mientras tanto, en las últimas horas Bolivia ha confirmado la cuarta muerte a raíz del coronavirus, además de más de 90 personas contagiadas y un reciente caso positivo de un sacerdote perteneciente a la congregación de San Francisco en la localidad de Tarija.
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