500 aniversario de la muerte de Rafael (Roma, 6 de abril de 1520) celebración de los Museos Vaticanos Ante el confinamiento por coronavirus, los Museos Vaticanos quieren donar belleza a las personas que están en casa respetando las normas para prevenir nuevos contagios.
Los museos del Papa abrieron una visita virtual de las Estancias de Rafael con ocasión del 500 aniversario de la muerte del genio indiscutible del Renacimiento (Roma, 6 de abril de 1520).
Una forma de permitir al público admirar, incluso desde la distancia, el esplendor del arte de Rafael y la riqueza de los detalles de sus obras, para compartir la cultura y la armonía con el mayor número de personas posibles.
Raffaello Sanzio fue un artista feliz, que amaba el contacto con las personas y buscó la belleza en tiempos de pandemias. Él vivió la enfermedad y la muerte, cuando la peste asechó Roma.
Los escultores y pintores de la época se convirtieron en los bates del trascendente con sus obras. “Leonardo da Vinci nos promete el cielo, Rafael nos lo da”, dijo una vez Picasso.
El divo de Urbino no sucumbió a la nostalgia o la falta de esperanza, al contrario con sus obras parece redimir el mundo con la búsqueda de trascendente y equilibrio.
Rafael hoy podría ser considerado como un artista excéntrico, polifacético de aquellos que viven entre Hollywood y París. Él vivió tiempos profanos, Giorgio Vasari lo describió desenfrenado en fiestas y envuelto en tantas noches con amores clandestinos, pero también tenía un pie en el sacro, en el mundo divino.
Rafael nació en Viernes Santo y falleció en esta misma festividad, 6 de abril, el mismo día que cumplía los 37 años.
La tumba del célebre pintor en el Panteón de Roma tiene una lápida con la inscripción realizada por su amigo Pietro Bembo: “Aquí yace Rafael, quien mientras vivió hizo temer a la naturaleza ser superada por él y que, cuando murió, esta temió morir con él“. «Ille hic est Raphael timvit qvo sospite vinci Rervm magna parens et moriente mori.»
Ese era el sentimiento de dolor popular. La gente por las calles de Roma lo lloraron por semanas y las leyendas de la época afirmaban que era un presagio de mal augurio.
El año 2020, debía ser casi un Jubileo dedicado al genio de Rafael. Sin embargo, otra vez, el artista, se quedará confinado con sus obras, a la espera de tiempos mejores, en las Estancias Vaticanas en los Museos del Papa.
Precisamente, el artista a los 25 años obtuvo ese, su primer encargo oficial, es decir la decoración de esas Estancias, donde pintó algunos frescos como La escuela de Atenas, considerada una de sus obras cumbre.
Las cuatro estancias, llamadas “de Rafael”, eran parte de los aposentos situados en el segundo piso del Palacio Pontificio, escogidos por Julio II della Rovere (pontífice desde 1503 hasta 1513) para su residencia personal y utilizados también por sus sucesores.
La decoración pictórica fue realizada por Rafael y sus discípulos entre 1508 y 1524.
Giorgio Vasari describió a Rafael como un joven genial, tierno, romántico y dicharachero que vivió su último periodo de vida de manera triunfal, el llamado período romano, de doce años trabajando para los papas (Julio II y León X ) y su corte.
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