La portentosa imagen presidió este Viernes Santo una conmovedora rogativa que fue observada por miles de fieles en televisión y en redes socialesLa rogativa de este Viernes Santo fue promovida por el obispo de Buga, monseñor José Roberto Ospina, quien ordenó que la basílica estuviera cerrada a millares de peregrinos que todos los años, durante las celebraciones de Semana Santa, llegan desde distintos lugares del mundo a pagar promesas y pedir favores al Señor de los Milagros.
Sin embargo, el obispo abrió las puertas a canales de televisión y redes sociales para “poner a través de los medios de comunicación, la presencia del Señor en los hogares y para que Él bendiga nuestras ciudades y al mundo entero”.
A la ceremonia, de solo media hora de duración y transmitida en directo a través de Facebook Live y el canal estatal Telepacífico, solo asistieron media docena de sacerdotes y religiosos y los integrantes de un reducido coro de la basílica.
“Hemos venido espiritualmente en peregrinación a implorarle su misericordia al buen Jesús, Señor de los Milagros, para que mire con bondad a la humanidad en esta difícil hora de pandemia”, dijo el padre Ramiro Bustamante, rector de la inmensa basílica en la que habitualmente tienen cabida cerca de 2.000 asistentes cómodamente sentados.
Al evocar otras rogativas de los fieles ante la imagen del Milagroso, el sacerdote señaló que “así como lo han hecho otras generaciones en momentos aciagos de crisis, venimos de manera humilde y piadosa a rogar por la salud de la humanidad y para pedirle que cese pronto la pandemia (del coronavirus) en nuestra casa común, la tierra”.
Por su parte monseñor Ospina pidió “evitar el terrorismo apocalíptico de algunos que piensan que el mundo se va a acabar ya” y de otros que ven en la epidemia del Covid-19 “un castigo divino”.
El obispo pidió reflexionar sobre la pandemia que azota al mundo y apuntó que “Dios se vale de los acontecimientos de la historia para invitarnos a la conversión, a repensar la vida y darle un sentido a las alegrías y sufrimientos que nos dan la buena salud y las enfermedades”.
Las rogativas
La historia narra que el Cristo que apareció milagrosamente hacia 1580 en Guadalajara de Buga, en el occidente de Colombia, “ha bajado” en contadas ocasiones de su nicho especial en la basílica erigida en su honor.
Y lo ha hecho ─recuerdan los padres redentoristas que custodian la imagen─ para que los devotos por medio de rogativas le imploren a Dios su misericordia, generalmente en procesiones, para afrontar desastres naturales, plagas, epidemias o acontecimientos que amenazan la vida de la comunidad.
Estas rogativas, como se les conoce en la religiosidad popular, corresponden al triduo o novena y fiestas solemnes que se celebran cada siete años en homenaje al Señor de los Milagros, a veces han tenido cambios sustanciales en sus fechas debido a acontecimientos especiales.
Por ejemplo, en 1622, cuando una interminable sequía y la aparición de miles de insectos que devastaron la economía de la región obligaron a sacar la imagen del templo y llevarla en procesión por las principales calles del poblado.
265 años después ─ en septiembre de 1887─ en el Milagroso volvió a salir para otra rogativa, esta vez por parte de campesinos y ganaderos que veían cómo una terrible peste bovina había diezmado las haciendas del Valle del Cauca, el rico departamento en donde queda la ciudad de Buga. Los cronistas de la época señalan que pocos días después la “peste” empezó a desaparecer.
Otra rogativa importante se celebró en 1962. En ese ese entonces, el Milagroso fue invocado para que cesara el largo período de la violencia política protagonizada por los partidos Liberal y Conservador, una confrontación que según cálculos recientes dejó más de 200.000 víctimas.
Semana Santa en televisión
La cuarentena obligatoria, como ha sucedido en muchos países, impulsó a la Iglesia colombiana a promover la transmisión de los principales oficios religiosos de la Semana Mayor a través de redes sociales, pequeños canales comunitarios, estaciones regionales de televisión y redes sociales como Facebook y Youtube.
En ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Cartagena, entre otras, obispos y arzobispos propiciaron mensajes especialmente preparados para los días santos y transmisiones en vivo de ceremonias tradicionales como el Lavatorio de los pies, la Última Cena, el viacrucis y la Vigilia Pascual.
Además, en pequeñas y grandes ciudades, así como en pueblos, los sacerdotes salieron a pie o en vehículos, llevando consigo el Santísimo e impartiendo la bendición, a prudente distancia, a cientos de fieles.
Incluso, grandes canales privados como Caracol y RCN abrieron su programación para transmitir en directo las ceremonias presididas en Ciudad del Vaticano por el papa Francisco o los eventos encabezados por altos jerarcas como el cardenal Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá.
Mientras los obispos y sacerdotes centraron su homilías para clamar por la protección de la humanidad, la pandemia sigue extendiéndose en Colombia, hasta el punto de haber llegado a regiones apartadas como los departamentos del Chocó y Casanare.
El último reporte oficial indica que de 2.709 infectados, se han recuperado 214 y muerto un centenar, entre ellos, dos médicos que trabajaban en hospitales atendiendo a los enfermos por el virus.