Ahora más que nunca, necesitamos apoyarnos en nuestras conexiones sociales para mantenernos sanos mental y emocionalmente. Pero ¿cómo lo hacemos durante el confinamiento?A lo largo de la semana pasada, nuestra empresa ha estado incorporando el uso de Zoom para poder continuar ofreciendo una formación interactiva personal a nuestros clientes mientras estemos confinados en casa. Pero como yo quería continuar ofreciendo entrenamientos fácilmente accesibles durante esta transición, he estado haciendo entrenamientos de una hora a través de Facebook Live desde la entrada al recinto de mi casa y… tengo que decirlo, no me ha gustado nada.
Hay un motivo por el que no soy Jillian Michaels: entrenar yo sola y hablando a una cámara es difícil, extraño y solitario. Echo de menos ver las caras de mi gente, saber de sus vidas, animarles durante los ejercicios… Añoro incluso escuchar sus quejas cuando digo la palabra “burpee”. Desesperada por tener interacción, pregunté a mi amiga Hailee si querría venir a entrenar conmigo (manteniendo la distancia de 2 metros, claro) para mi último vídeo hoy en Facebook Live. Y como es la mejor amiga que nadie podría tener, accedió.
Es increíble cuánto cambió mi mentalidad el simple hecho de saber que ella iba a estar ahí. Pasé de sentir temor por la sesión en directo a que me entusiasmara. Pasé más tiempo preparando el entrenamiento, añadí unas cuantas cosas chulas nuevas y, básicamente, pasé la mañana como mis hijos en Nochebuena: mirando el reloj y deseando que el tiempo avanzara más rápido para poder ver a mi amiga. Cuando por fin llegó y empezamos el vídeo, pude sentir la diferencia de inmediato. El directo estuvo lleno de energía, risas, compasión compartida por los burpee, y la hora se pasó volando. Cuando se marchó, me sentía más feliz de lo que había estado en semanas. Estos tiempos locos que estamos viviendo no me parecían tan lúgubres hasta después de pasar un rato cara a cara con mi amiga.
De verdad, esta es la lección que nuestra familia ha estado aprendiendo toda la semana. Mis hijos empezaron a hacer videollamadas con sus amigos y profesores a comienzos de mes, y el ánimo en la casa cambió drásticamente. Reían otra vez y discutían menos, claro, pero la diferencia real es que la esperanza había regresado a nuestra casa. Aunque fuera virtual, esa conexión con sus amigos y profesores había encendido el entusiasmo, la curiosidad y las ganas en los 5… y eso que yo no me había percatado de que los ánimos estuvieran tan mermados en todos nosotros.
Pero tiene sentido. Estamos diseñados para la conexión social, es necesaria para todo, desde la estabilidad mental y emocional hasta el funcionamiento pleno de las vías neuronales. Y en tiempos de crisis, nos sentimos inclinados a agruparnos para afrontar la situación… lo cual es parte de lo que hace tan difícil el confinamiento. Ahora mismo necesitamos a nuestros amigos y nuestras comunidades más que nunca y, por suerte, disponemos de formas sencillas para mantener fuertes esos vínculos y lograr esa conexión social necesaria para superar esta época sanos de mente, de cuerpo y de espíritu.
1 REUNIONES VIRTUALES
Seamos sinceros: no hay mejor momento en la historia de la humanidad para una cuarentena. No solo tenemos teléfonos en los bolsillos, sino que esos teléfonos están equipados con cámaras y aplicaciones que nos permiten hablar cara a cara a través de kilómetros y continentes. Si recelas de medios sociales como Facebook, no temas, Zoom es de las mejores opciones ahora mismo. Mis hijos lo usan para las clases, yo lo uso para los entrenamientos, ¡mi hija hasta se fue de excursión al campo con su clase a través de Zoom! Utiliza estos recursos para mantener cerca tus conexiones sociales durante el distanciamiento social.
2 PASEOS EN BICI
En Estados Unidos tenemos que mantener los 2 metros de distancia, pero eso no implica que no podamos ver a nuestros amigos. Los paseos en bici son la mejor manera de pasar el tiempo con amistades, tanto para adultos como para niños. El peligro inherente a pegarse demasiado en la bici (a no ser que estéis en el Tour de Francia) hará que el distanciamiento social se mantenga sin esfuerzo. Además, ¡obtendréis un doble chute de endorfinas por el ejercicio y de dopamina por el contacto social!
3 UN CAFÉ AL PASO
Dejar jugar juntos a los niños —incluso al aire libre— no es la mejor idea ahora mismo, dado lo inherentemente difícil que es para los niños mantener la distancia de 2 metros. Pero ¿y los adultos? ¡Nosotros sí podemos controlarnos! Invita a un amigo para un café en la entrada de casa o una limonada en el alféizar de la ventana durante estas tardes primaverales. En cualquier caso, ambos os pondréis al día y saldréis sintiéndoos más frescos, rejuvenecidos y renovados.
Ya utilices estas ideas o inventes astutas soluciones propias, es de importancia vital no permitir que el distanciamiento social se convierta en aislamiento social. Y aunque los padres estemos más ocupados y estresados que nunca, no podemos cometer el error de asegurar que nuestros hijos se mantengan conectados socialmente pero no hagamos lo mismo por nosotros mismos. Esta pandemia global está generando miedo y ansiedad en todos nosotros, así que contactemos con los demás, mantengamos los lazos y ayudémonos mutuamente a salir de esto juntos… aunque sea manteniendo las distancias.