Descubre el significado de este curioso animal en la iconografía medieval Muy cerca de Piazza Navona, en Roma, se encuentra la muy visitada iglesia San Luigi dei Francesi, importantísima para muchos estudiantes y amantes del arte, porque alberga tres importantes pinturas del Caravaggio: “La vocación de san Mateo”, “Mateo y el ángel” y “El martirio de san Mateo”.
Te puede interesar:
Las 6 magníficas obras de Caravaggio que puedes admirar gratis
Esta iglesia fue construida en el siglo XV, y es actualmente centro de encuentro de la comunidad francesa en Roma.
La fachada de la iglesia no puede pasar desapercibida, aunque es de menor amplitud que su vecina Sant´Andrea della Valle. Sin duda, lo que más llama la atención de quien la visita son dos imponentes esculturas, una de Carlomagno a la izquierda y otra de san Luis a la derecha.
Y debajo de ellas hay dos rondas de piedra, dentro de las cuales se encuentran respectivamente dos llamativos animales que lanzan fuego por su boca. Inmediatamente uno podría pensar que son dragones, pero no, son salamandras.
¿Por qué están representadas unas salamandras en esta iglesia?
Según una antigua leyenda, se considerada a este animal inmune al fuego. Era el emblema elegido por Francisco I, entonces rey de Francia cuando fue construida la iglesia.
El soberano tomó a este animal como centro de su emblema personal con el lema “NUTRISCO ET EXTINGO”, que se encuentra en la salamandra debajo de los pies de Carlomagno, “nutrisco”, porque se alimenta del “fuego bueno” y “extingo” o apago; porque apaga el “fuego malo”.
El rey tomó el emblema de la iconografía renacentista: este animal que representaba el fuego y que a su vez se refería a la idea de fuerza, sacada del significado “nutrisco et extingo”, algo así como “ataco y me defiendo”.
La otra ronda debajo de la estatua de San Luis muestra el lema: “ERIT CHRISTIANORUM LUMEN IN IGNE”, “Será la luz de los cristianos en llamas”.
Esta ambivalencia de fuego, purificador y destructor, evoca la lucha de la justicia contra todos los vicios. Este curioso animal, en la iconografía cristiana medieval, representa al “justo que nunca pierde la paz del alma y la confianza en Dios, incluso en medio de la tribulación”.
Y es por ello que estas salamandras se encuentran allí, para recordar a todos los cristianos que mantengan la paz y confíen que Dios, que nos asiste en todo momento, y más aún en tiempos de angustia y sufrimiento.