Un símbolo boliviano no exento del “drama humano” y que la pandemia vino a intensificar Una montaña en los Andes cerca de la ciudad de Potosí (Bolivia). Se trata de Cerro Rico, sito que en su momento supo ostentar el título de mayor yacimiento de plata del mundo.
Ubicado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, debido a estas características, Potosí también logró convertirse por mucho tiempo en una de las ciudades más grandes del continente americano.
Pero en los últimos siglos la actividad minera también ha generado un sinfín de situaciones adversas, que van desde consecuencias negativas para la montaña hasta el propio drama humano de la pobreza y la explotación.
Recientemente, surgió una información que generó curiosidad debido a que por primera vez en cinco siglos la actividad minera en este lugar de Sudamérica debió ser suspendida. Y todo gracias al avance de la pandemia del coronavirus.
“La pandemia del COVID-19 consiguió lo que ni las guerras, revueltas, conflictos sociales y otras pestes pudieron, paralizar por más de un mes la explotación mineral en el inagotable Cerro Rico de Potosí en Bolivia, emblema de la que fue una de las mayores metrópolis mundiales del siglo XVII”, comienza la crónica para EFE de Gabriel Romano para describir la insólita situación.
Son aproximadamente 10.000 las personas dedicadas a esta actividad las que han tenido que dejarlo todo –de un momento a otro- para ingresar en la famosa y extendida cuarentena debido a la pandemia.
La verificación de lo acontecido en Potosí fue dada a EFE por Daniel Oropeza, integrante de la Sociedad Boliviana de Historia. Según él, ni en la época colonial o la propia Guerra del Chaco (1932-1935) ha logrado hacer lo que provocó el coronavirus: dejar al Cerro Rico sin operar.
En otras ocasiones más recientes, como la revuelta social de 2019 a raíz de la salida del presidente Evo Morales del poder, ha generado tensión y hasta reducción en la actividad, pero nunca a este nivel.
Un drama que se intensifica
“Nosotros estamos viviendo momentos muy difíciles (…), se está paralizando la actividad y eso está haciendo que el sector sufra”, expresó a la misma agencia el presidente de la Federación de Cooperativas Mineras de Potosí, Carlos Mamai Porco.
Es que los mineros vinculados a cooperativas –que no tienen patrón ni sueldo fijo- son los más afectados por la cuarentena y la parálisis laboral, situación que acrecentará el drama de muchas personas acostumbradas a convivir con situaciones de pobreza y explotación.
Detrás de todo esto persiste también la ilegalidad, la informalidad o el trabajo inseguro. Muchos trabajadores que suelen entrar a este tipo de yacimiento no saben si van a poder salir.
He aquí otro coletazo, un capítulo más, de los efectos del Covid-19 en América Latina. Un tema que debería sorprender más que la anécdota de los cinco siglos de actividad ininterrumpida de la famosa mina de plata.
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