La composición litúrgica data al menos del siglo XII
Cuenta la historia que en el siglo VI de nuestra era la peste azotó la ciudad de Roma. Tras la muerte del Papa Pelagio II, su sucesor Gregorio I (590-604 d.C.) clamó por la misericordia de Dios y guió una procesión con oraciones a la Virgen María desde la Basílica de San Pedro hasta el Mausoleo de Adriano. Se dice que presidiendo la procesión, Gregorio escuchó voces angelicales cantando los primeros tres versos de lo que hoy conocemos como el Regina Coeli (Reina del Cielo), a los que él mismo agregó una cuarta línea: “ora a Dios por nosotros”. El pedido fue escuchado y la peste llegó a su fin.
En 1742 el entonces pontífice Benedicto XIV estableció el rezo de la antífona que durante el tiempo pascual (desde el domingo de Resurrección hasta Pentecostés) reemplaza al rezo del Angelus –cuyo texto está más centrado en el misterio de la Encarnación– como modo de unirse a la alegría de María por la resurrección de Jesucristo.
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La composición litúrgica data al menos del siglo XII y fueron los frailes franciscanos, que la rezaban después del oficio de Completas ya en el siglo XIII, quienes la popularizaron y expandieron por el mundo entero.
El texto de la antífona es el siguiente:
Regína caeli, laetare; alleluia. (Alégrate, Reina del cielo; aleluya)
Quia quem meruísti portare; alleluia. (Pues Aquel a quien mereciste llevar en tu seno; aleluya)
Resurrexit sicut dixit; alleluia. (Resucitó como había dicho; aleluya)
Ora pro nobis Deum; alleluia. (Ora a Dios por nosotros; aleluya)
Numerosos renombrados compositores han puesto el talento de su propia creación para darle música al texto: Tomás Luis de Victoria, Monteverdi, Vivaldi, Couperin, Mozart (en tres ocasiones), Brahms, entre muchos otros. Sin embargo es habitual que en la liturgia se interprete su versión de canto gregoriano
Los miembros de Schola Antiqua, centro dedicado al estudio del canto gregoriano, han grabado en ocasión de la actual pandemia una nueva versión de este bello y tradicional canto de nuestra Iglesia, y lo han hecho desde sus hogares para ofrecerla como plegaria frente a la situación que nos atraviesa.
“Cuando empezamos el confinamiento, como seguíamos todos en contacto, se nos ocurrió grabar una pieza juntos, que estuviera relacionada con la realidad que estábamos viviendo. Desgraciadamente, la humanidad ha sufrido muchas pandemias a lo largo de la historia. Esta pieza ya la habíamos cantado, pero lo que hicimos fue grabarla, incluir la partitura para que la gente lo pudiera ver y hacer una pequeña investigación”, declaró Juan Carlos Asensio, director de la agrupación.
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