Para rezar por las familias desplazadas, en dificultad, cuyo drama a menudo es invisible, en medio de la crisis mundial agravada a causa de la pandemia del COVID-19Para pedir por todas las familias, especialmente las que pasan dificultades en tiempos de pandemia de coronavirus, puedes rezar esta oración del papa Francisco a san José, protector de la familia:
Padre:
Tú encomendaste a san José lo más valioso que tenías: el Niño Jesús y su madre, para protegerlos de los peligros y de las amenazas de los malvados.
Concédenos, también a nosotros, experimentar su protección y su ayuda. Él, que padeció el sufrimiento de quien huye a causa del odio de los poderosos, haz que pueda consolar y proteger a todos los hermanos y hermanas que, empujados por las guerras, la pobreza y las necesidades, abandonan su hogar y su tierra, para ponerse en camino, como refugiados, hacia lugares más seguros.
Ayúdalos, por su intercesión, a tener la fuerza para seguir adelante, el consuelo en la tristeza, el valor en la prueba.
Da a quienes los acogen un poco de la ternura de este padre justo y sabio, que amó a Jesús como un verdadero hijo y sostuvo a María a lo largo del camino.
Él, que se ganaba el pan con el trabajo de sus manos, pueda proveer de lo necesario a quienes la vida les ha quitado todo, y darles la dignidad de un trabajo y la serenidad de un hogar.
Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que san José salvó al huir a Egipto, y por intercesión de la Virgen María, a quien amó como esposo fiel según tu voluntad.
Amén.
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El ejemplo de san José
Esta oración se encuentra en el mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado del año 2020. En él, Francisco propuso el ejemplo de san José al recordar el drama de millones de personas y familias desplazadas internas. En especial porque el papá putativo de Jesús y esposo de la virgen María se “vio obligado a huir a Egipto para salvar al Niño”.
Precisamente, el titulo del mensaje es indicativo de esta preocupación actual del Papa: “Acoger, proteger, promover e integrar. Como Jesucristo, obligados a huir”.
Cuando José llevó a su familia a Egipto
En este contexto, Francisco rememoró la huida a Egipto de la Sagrada Familia:
“El niño Jesús experimentó, junto con sus padres, la trágica condición de desplazado y refugiado, «marcada por el miedo, la incertidumbre, las incomodidades (cf. Mt 2,13-15.19-23).
“Lamentablemente, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi cada día la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para sí mismos y para sus familias» (Ángelus, 29 diciembre 2013)”.
“Jesús está presente en cada uno de ellos, obligado —como en tiempos de Herodes— a huir para salvarse. Estamos llamados a reconocer en sus rostros el rostro de Cristo, hambriento, sediento, desnudo, enfermo, forastero y encarcelado, que nos interpela (cf. Mt 25,31-46). Si lo reconocemos, seremos nosotros quienes le agradeceremos el haberlo conocido, amado y servido”.
“Los desplazados internos nos ofrecen esta oportunidad de encuentro con el Señor, «incluso si a nuestros ojos les cuesta trabajo reconocerlo: con la ropa rota, con los pies sucios, con el rostro deformado, con el cuerpo llagado, incapaz de hablar nuestra lengua» (Homilía, 15 febrero 2019)”.
El Pontífice extendió su mensaje no solo a los desplazados internos , sino a “todos los que han experimentado y siguen aún hoy viviendo situaciones de precariedad, de abandono, de marginación y de rechazo a causa del COVID-19”.
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