Papa Francisco le saludó con afecto, por últimas vez, a su histórico superior en Tokyo, cuando ya estaba padeciendo una larga enfermedad El jesuita Adolfo Nicolás (1936-2020), superior general de la Compañía de Jesús entre 2008 y 2016, falleció este 20 de mayo a los 84 años en Tokio, donde llevaba varios meses hospitalizado a consecuencia de una larga enfermedad.
En 2016, el padre general de los jesuitas, siguió los pasos de su predecesor (el holandés Peter-Hans Kolvenbach) y renunció a su cargo por razones de salud y le sucedió el venezolano Arturo Sosa. Tras dejar Roma, se había trasladado a Manila, para apoyar, en la medida en que sus fuerzas aún se lo permitían, con su presencia y su consejo, el Instituto Pastoral de Manila, del que años atrás fue director.
Cuando su salud se debilitó aún más y él mismo percibió la necesidad de recibir atención en una enfermería, pasó a vivir en la Loyola House de Tokio, provincia a la que pertenecía desde 1961 y en la que había sido profesor de teología, rector del escolasticado de la Compañía, provincial y encargado del Centro Pastoral para Inmigrantes, según informó, Antonio J. España Sánchez, provincial de los jesuitas en España.
«Lo que siempre he admirado en Ignacio es su profundidad. Es profundidad la que espero también para la Compañía de Jesús, Yo creo que tenemos en todos los campos de nuestra actividad una llamada a la profundidad. Ignacio iba muy a lo hondo con su discernimiento y en su personalidad.»
Tras 67 años de vida religiosa, sus compañeros jesuitas le recuerdan por su incansable capacidad de trabajo, su inteligente sentido del humor, su pasión por el diálogo con las culturas y la profundidad de su pensamiento.
Adolfo Nicolás desde el principio de su elección rechazó la etiqueta mundana de ‘papa negro’ , es decir representante de los jesuitas en contraste a un ‘papa blanco’, el sumo pontífice. Consideraba que la misión de los jesuitas era tocar el corazón humano y atender a los más vulnerables que reclaman la ayuda de la iglesia, sin dejar distraerse por otras cuestiones superficiales.
«Para todo, sea espiritualidad, apostolado social, o el campo que sea, creo que no hay ningún atajo. Siempre hay un largo camino por recorrer: el cambio real y el verdadero conocimiento vienen a través de un largo proceso»
“Seguramente la palabra profundidad, repetida una y otra vez en sus cartas y discursos, es la que mejor resume la meta a la que quiso conducir a la Compañía cuando ésta le confió su dirección como general. Siempre quiso para los jesuitas una relación con Dios profunda, transparente y sencilla, una manera de abordar los problemas y les impulsó a que afrontaran con rigor cualquier tipo de acción pudieran emprender, sobre todo en los campos del diálogo inter-religioso, la inserción con los más pobres y la inculturación”, escribió el actual provincial de la Compañía en España.
«El cristiano es esencialmente comunitario. Vaya donde vaya crea comunidad, porque acepta, perdona, alegra, apoya, aguanta»
La globalización de la superficialidad es el gran peligro de nuestra era, así recuerda el actual General de los jesuitas, Sosa, cuando afirmó que Adolfo Nicolás, subrayó siempre la importancia de que los jesuitas busquen la profundidad en toda su vida: en su vida espiritual, por supuesto, pero también en sus actividades profesionales y en sus contactos con la gente (Revista choisir, 25 de octubre 2019).
«Las soluciones del pasado ya no sirven para los problemas de ahora. Las situaciones contemporáneas exigen creatividad. La globalización no la podemos parar, pero sí podemos humanizarla, y eso exige creatividad»
La Compañía de Jesús es una orden religiosa católica fundada por San Ignacio de Loyola en 1540 y aprobada por Papa Paolo III. En los últimos tiempos, la prensa internacional ha puesto su atención en los jesuitas, como se le conoce a sus miembros, debido a que Jorge Mario Bergoglio es el primer jesuita en la historia en llegar a ser Pontífice de Santa Romana Iglesia, además es el primer Papa religioso después de 182 años. En la foto el último encuentro entre Francisco y el padre Adolfo Nicolás en Tokyo:
È morto il p. Adolfo #Nicolás , che è stato Padre Generale della Compagnia di Gesù. In essa, da grande gesuita, ha portato il respiro del mondo. Gli sono grato anche per aver voluto La Civiltà Cattolica così com’è adesso. Qui a Tokyo nel suo ultimo incontro con #PapaFrancesco pic.twitter.com/q3BcRhwgHO
— Antonio Spadaro (@antoniospadaro) May 20, 2020
A continuación una oración de Adolfo Nicolás con la que invitaba a los jesuitas a ponerse al servicio de Dios y los últimos:
Señor Jesús,
¿Qué flaquezas has visto en nosotros que te han decidido a llamarnos, a pesar de todo, a colaborar en tu misión?
Te damos gracias por habernos llamado, y te rogamos no olvides tu promesa de estar con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Con frecuencia nos invade el sentimiento de haber trabajado en vano toda la noche, olvidando quizá que tú estás con nosotros.
Te pedimos que te hagas presente en nuestras vidas y en nuestro trabajo, hoy, mañana y en el futuro que aún está por llegar.
Llena con tu amor estas vidas nuestras, que ponemos a tu servicio.
Quita de nuestros corazones el egoísmo de pensar en ‘lo nuestro’, en ‘lo mío’, siempre excluyente y carente de compasión y de alegría.
Ilumina nuestras mentes y nuestros corazones, y no olvides hacernos sonreír cuando las cosas no marchan como querríamos.
Haz que al final del día, de cada uno de nuestros días, nos sintamos más unidos a Ti, y que podamos percibir y descubrir a nuestro alrededor más alegría y mayor esperanza.
Te pedimos todo esto desde nuestra realidad. Somos hombres débiles y pecadores, pero somos tus amigos.
Amén.
[Adolfo Nicolás, SJ, al finalizar un retiro en Galloro -5 de junio de 2011]
Vídeo: El actual Superior General de la Compañía de Jesús Arturo Sosa cuenta varios momentos de la vida de Adolfo Nicolás, anterior Superior General.
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